Si no se realizan acciones para frenar el cambio climático, los científicos prevén que eventualmente se derretirá el Ártico, lo que aumentaría el nivel del mar.
Sin embargo, se descubrió que existiría un riesgo aún mayor, debido a que existen gigantescas reservas de mercurio entre el hielo.
Según un estudio, liderado por Kevin Schaefer y Paul Schuster y publicado en la revista Geophysical Research Letters, habría alrededor de 15 millones de galones de este elemento, que corresponde al menos al doble de lo que existe en la atmósfera, los océanos y el resto de la tierra combinados.
El mercurio puede ser, en alguna de sus formas, una neurotoxina que daña la salud de los humanos y de otros animales. Si los niños entran en contacto con este elemento, se puede perjudicar el desarrollo del cerebro, afectando la memoria, el lenguaje, la visión y las habilidades motoras. En los adultos, puede causar además problemas al corazón y a los sistemas reproductivo e inmune.
Los científicos del estudio están seguros de que, en algún momento del futuro, parte de ese mercurio se liberará al resto del planeta.
Lo que falta por determinar es cuánto podría liberarse y cuánto sería una forma que pueda causar daños. Sin embargo, es muy difícil calcular la cifra, porque depende de muchos factores.