YVO SALINAS/AGENCIAUNO
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Los desechos se han convertido en uno de los peores enemigos del planeta, pero se puede convertir en uno de los mejores aliados para combatir la contaminación por desperdicio dándole un nuevo destino que sea favorable desde lo micro a lo macro.

“860 millones de personas pasan hambre, pero desperdiciamos 1.300 millones de toneladas de alimentos cada año. Esto no es aceptable”, comentó Massimo Bottura, el chef italiano que se ha dedicado a reinventar el desperdicio de los restaurantes, atacando la contaminación por desechos innecesarios, “la inseguridad alimentaria y la exclusión social” a través de su iniciativa Food for Soul (Comida para el Alma), según un artículo de la ONU.

Su objetivo principal es “empoderar a las comunidades para combatir el desperdicio de alimentos a través de la inclusión social”, y comenzó después de la Expo Milán 2015, Alimentar el planeta, energía para la vida, estableciendo su primer comedor en el barrio Greco de Milán reuniendo a los mejores chef del mundo para cocinar con los sobrantes de la exposición.

Otro nuevo destino para los desperdicios de alimentos en Las Vegas: energía. Rosalie Bingham tiene la idea de utilizar un digestor anaeróbico, un tanque que funciona descomponiendo desechos orgánicos para después convertirlos en gas natural. Su objetivo es lograr esto a través de una campaña de recaudación de fondos de su fundación Regener8tive.

Según comentó en la entrevista realizada por Green Matters, “Tomas un grave problema – Las Vegas tiene uno de los vertederos más grandes de la nación – y resolvemos ese problema al tomar estos desechos orgánicos que alargarán ese vertedero en 40 años y limpiarán nuestro aire en el valle. También alimentará a 44 millones de turistas, que es lo que crea el problema. Pero si utilizamos ese problema y lo convertimos en una solución, entonces básicamente es una buena apuesta”.

Pero los desperdicios orgánicos no son los únicos para los que se ha encontrado una solución, Dung Beetle es la escultura artística que convierte en plástico de un solo uso en energía verde, y nació como respuesta a la interrogante de cómo solucionar el exceso de desechos plásticos que provocan este impacto tan negativo que ha estado sufriendo el medio ambiente.

Esta estructura recicladora funciona muy parecido al procedimiento que siguen los escarabajos copófragos al enrollar las heces hasta formar una esfera que luego servirá para alimentarse de ella, enterrarla o vivir dentro de ella. Dung Beetle, al igual que estos escarabajos, tiene la capacidad de transformar los desechos en algo útil para el cuidado del planeta: diesel y gas.

Esta bola creada a base de metal reciclado es donde se desarrolla el proceso de conversión de plástico en gas licuado de petróleo y gas diésel, y el procedimiento radica en triturar los plásticos hasta alcanzar un tamaño microscópico para después entrar a un reactor sin oxígeno, esto limita generosamente las emisiones de gas invernadero.

El gas que se forma como resultado sube y atraviesa las ranuras de enfriamiento, y es así como finaliza en biocombustible. Lo que resta de partículas de plástico pasa por el mismo proceso y el carbono se destina a nanotubos o láminas de grafeno, aprovechando todos los elementos y evitando que terminen en desechos contaminantes.

Alliance Earth asegura que es “un sistema de reciclaje de plástico completamente operativo y productivo que convierte los plásticos de un solo uso en diesel y gas. El prototipo sirve para inspirar a la gente a copiar la tecnología de gasificación gratuita”.

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