En 2018 esperan salir al mercado con este tipo de tecnología antisísmicas, que se puede adaptar al tamaño y peso que las empresas necesiten proteger y así evitar las pérdidas millonarias de producción ante terremotos.
Investigadores de la Universidad Católica desarrollaron un sistema de aislación sísmico para contenedores de líquidos, orientado a proteger los estanques de vinos frente a nuevos terremotos.
La innovación apoyada por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), espera revertir las pérdidas millonarias de la industria vitivinícola tras los eventos sísmicos que han afectado al país desde el 27 de febrero de 2010.
“Lo últimos terremotos demostraron que los estanques de acero inoxidable de pared delgada para la guarda y fermentación de vino son estructuras sísmicamente muy vulnerables”, señaló José Luis Almazán, académico de Ingeniería Estructural UC y director del proyecto.
Agregó que durante el terremoto del 27F falló al menos uno de cada cuatro contenedores que estaban llenos de vino, afectando parte o la totalidad del contenido. Esto significó una pérdida de 125 millones de litros, equivalente al 12,5% de la producción del año 2009.
“El daño pudo ser mucho mayor, ya que el sismo ocurrió poco tiempo antes de la vendimia, por lo cual menos del 50% de la capacidad de almacenamiento estaba realmente utilizada”, precisó Almazán.
El sistema consta de un conjunto de dispositivos flexibles que se instala en los soportes del contenedor, lo que produce un efecto de aislamiento. “La idea es que la energía del sismo sea absorbida por dispositivos de aislación de vibraciones”, explica el experto.
En un modelo a escala, el equipo de investigación demostró cómo la energía de un sismo se transfiere al sistema de aislamiento, formado por dispositivos capaces de aislar tanto los movimientos horizontales como verticales del suelo.
“Esta tecnología permite filtrar las ondas sísmicas, de modo tal que la energía que llega al estanque en sí, es mucho más baja”, destacó el académico.
Costos para las empresas
En menor escala, los productores de vino y pisco de la Región de Coquimbo también resultaron afectados por el terremoto de Illapel en 2015.