plebiscito
Agencia Uno

El domingo 17 de diciembre los chilenos tendremos la misión de determinar si nos parece que la propuesta constitucional presentada por el Consejo Constitucional cumple con nuestras expectativas y decidimos adoptarla, o bien si preferimos conservar nuestra vilipendiada, pero extraordinariamente resistente, constitución vigente. Si bien, son múltiples los debates y discusiones que buscan argumentar a favor o en contra de este texto, me parece relevante destacar, a grandes rasgos, dos consideraciones tremendamente satisfactorias respecto del contenido de esta propuesta.

En primer lugar, se introducen cambios significativos en materia tributaria. Por una parte, se refuerza la legalidad y la proporcionalidad de los tributos, y, por otra, se incorpora la posibilidad de deducir de impuestos ciertos gastos considerados necesarios para la vida del contribuyente, así como una compensación del Estado a los contribuyentes sobre quienes haya pesado una carga fiscal desproporcionada. Ahora bien, probablemente la disposición más notoria es la que exime de contribuciones de bienes raíces a la vivienda principal de residencia del contribuyente. En suma, en materia tributaria se llevan a cabo diversas modificaciones al sistema que están, en definitiva, dirigidas a aliviar la carga tributaria que recae en las personas y a incentivar, en consecuencia, al Estado a gastar eficientemente lo que recauda.

En segundo lugar, la propuesta constitucional recoge lo que diversos sondeos de opinión han mostrado: las personas quieren tener propiedad sobre sus fondos previsionales, y exigen, ciertamente, la heredabilidad de estos. Al garantizar el derecho a la Seguridad Social, se  establece la propiedad sobre los ahorros junto con la inexpropiabilidad de estos, y al mismo tiempo se consagra el derecho a elegir libremente la institución encargada de administrar e invertir a los fondos, sea estatal o privada. Así, de la misma manera en que ocurre en materia tributaria, en lo relativo al sistema provisional se establecen disposiciones que buscan proteger a los trabajadores y a sus familias ante el riesgo y la tentación del Estado de utilizar esos dineros para fines ajenos a la jubilación de los chilenos.

Hoy, la tarea es evaluar si preferimos la Constitución vigente o la propuesta constitucional, y, para realizar ese análisis, es fundamental tener en mano ciertas certezas que otorga el texto que se plebiscitará: la centralidad de la persona, la protección de esta en los distintos quehaceres sociales y económicos, y la modernización a un Estado que debe propender a una mayor eficiencia y austeridad en su actuación.

Diego Abauad, investigador del Instituto Res Publica.

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