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Chile ha desarrollado una capacidad exportadora de alimentos que le ha permitido posicionarse en el número 25 del ranking mundial. Para potenciar aún más su crecimiento, expertos trabajan con nuevas tecnologías basadas en mecanismos utilizados por las compañías más innovadoras del mundo.

A fines de 1996, cuando la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, empezó a funcionar, Soledad Hidalgo entró a la Unidad de Desarrollo Estratégico. En ese entonces no era la jefa, sin embargo, tenía la inquietud de contribuir desde una posición protagónica en la creación de distintos programas de innovación que sabía que llevarían a Chile a avanzar en su camino al desarrollo. Y así ha sido. Los distintos avances en agroalimentación han permitido que solo en la última década las exportaciones hayan aumentado en 162% y alcancen hoy los 16.500 millones de dólares.

Sin embargo, la experiencia de haber pasado por momentos con menos oferta exportable hace que Hidalgo, más que hablar de los logros que ha conseguido el país, se concentre en transmitir la importancia de estar a la par con las nuevas tecnologías e invertir al mismo nivel que las compañías más innovadoras del mundo.

“Es importante que Chile mire a países que tengan desarrollados todos los niveles de la cadena productiva y un alto valor agregado, para ver dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir. Solo así el país podrá mantener el potencial de crecimiento y sofisticar y diversificar sus productos”, agrega la jefa de la Unidad de Desarrollo Estratégico de FIA.

Ante esta idea, expertos hablan de cuatro tendencias mundiales que podrían ayudar a fortalecer la industria chilena de los alimentos.

1. AGRICULTURA DE PRECISIÓN

El fundador de Innspiral, Iván Vera, está sentado en un café en Las Condes. Desde allí cuenta que en vista de lo que han hecho otros países como Holanda y Australia, Chile también ha desarrollado nuevas tecnologías para aumentar la productividad por hectárea en los campos.

Una de ellas se llama Internet of Plants y es un sistema de inteligencia artificial que permite medir datos de clima, suelo, planta e irrigación, de un determinado campo en cireta zona, minuto a minuto.

“Es una especie de asesor agronómico virtual. Te dice cuándo y cuánto regar, si es que hay algún tipo de susceptibilidad de contraer alguna enfermedad en el cultivo y si hay problemas con el vigor de las plantas”, detalla Mario Bustamante, fundador de Instacrops, empresa que desarrolló la tecnología.

Pero aumentar al doble la productividad por hectárea no es el único beneficio que representa esta tendencia que va en dirección a mejorar la calidad y cantidad de fruta. Bustamante cuenta que también reduce el consumo de agua y de energía.

“A fines del año pasado ejecutamos un proyecto con Corfo, Fedefruta e Indap y le entregamos esta tecnología a 20 pequeños productores de paltas de la V Región. El impacto inmediato fue que al mes uno ya había productores que estaban regando entre dos y cuatro horas menos”, agrega.

Esta ventaja es fundamental si se considera que la escasez de agua es uno de los principales problemas del mundo agrícola.

2. SELECCIÓN DE LA MEJOR GENÉTICA

La voz de la gerenta de Investigación y Desarrollo de Variedades de Hortifrut, Pilar Bañados, es determinante al aclarar que esta tendencia no tiene que ver con intervención genética. Más bien se trata de nuevas tecnologías para el desarrollo de variedades radicalmente superiores, con propiedad protegida.

“Se selecciona la mejor genética como modelo para ser reproducida. Es buscar los mejores padres para que nos den los mejores hijos y de eso poder obtener la mejor genética mejorada”, explica Bañados.

Este proceso, que tiene como objetivo llegar cada vez con mejor fruta a los distintos mercados, toma más tiempo de lo habitual, ya que se lleva a cabo de forma convencional. Así lo explica Vera, quien agrega que puede llegar a tardar incluso ocho años, pero el resultado que se obtiene es inigualable.

“Ya tenemos nueve variedades liberadas de nuestro programa, que estamos llevando a plantaciones comerciales. Con estas hemos logrado tener producciones anticipadas, mayores rendimientos por hectárea y mejores calibres, y nos ha permitido explorar nuevas regiones de producción”, señala Bañados, haciendo referencia a los beneficios de esta nueva tecnología.

Una vez que entran al mercado, los productos llevan marca propia para que la gente los identifique. Un claro ejemplo de esta situación lo representa la empresa Hortifrut, que etiqueta con este nombre todas sus variedades.

3. ALTO VALOR POR UNIDAD DE PESO

El desarrollo de nuevos alimentos procesados de alto valor por unidad de peso también es una de las tendencias en innovación agroalimentaria.

En los últimos años ha cobrado fuerza el generar valor agregado, por lo que es cada vez más frecuente encontrar alimentos en forma de jugos, conservas o rodajas deshidratadas para snack, cuenta el vicerrector de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad de Talca, Gonzalo Herrera.

Esta diversificación y sofisticación de productos que se está dando es indispensable desde el punto de vista de Soledad Hidalgo, quien agrega que el país no puede basar su desarrollo en producción primaria.

“De lo que nosotros exportamos en agroalimentos, el 23% corresponde a productos procesados. El 77% restante son productos frescos. Los productos procesados que tienen un alto valor agregado nos preparan para cuando los precios de la producción primaria bajan”, señala Hidalgo.

Este avance, además de ampliar la oferta de productos en el mercado nacional, ha tenido como consecuencia el desarrollo de la industria del packaging.

“Para elaborar un mismo producto se juntan distintas empresas. Por ejemplo, está el que hace el jugo de arándanos, otro produce la tapa, otro la etiqueta y otro la botella de vidrio”, agrega Iván Vera.

4. A UN SOLO CLIC 

En un mundo donde el tiempo es cada vez más escaso, la rapidez del negocio digital ha pasado a ser una importante y facilitadora herramienta.

En los últimos años las ventas online han crecido a tal nivel, que han logrado incluir en su oferta a la gran mayoría de los sectores, incluso el de los alimentos.

Las ventas por internet de este sector evidenciaron un alza real de 34,9% entre 2016 y 2017, según cifras de la Cámara Nacional de Comercio.

Este porcentaje de ventas abarca tanto alimentos frescos como envasados y procesados. Sin embargo, según Vera, son los últimos dos tipos los que mayor demanda tienen debido a que no se ven expuestos a sufrir modificaciones durante el transcurso del viaje. “Es difícil que productos como tomates sean comprados vía online, ya que dan mayor inseguridad. Uno quiere tocar los productos frescos”, explica.

Estas cuatro tendencias en innovación agroalimentaria además de apuntar al crecimiento y diversificación de las exportaciones, buscan posicionar a Chile entre los 10 líderes mundiales de la alimentación saludable.

90 POR CIENTO de lo que Chile exporta en agroalimentos corresponde a 63 categorías.

15 AÑOS puede tomar el desarrollo de una variedad radicalmente superior en arándanos.

Fuente: Revista del Campo

 

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