Comparte

El número de muertos y de personas contaminadas con el virus COVID-19, más conocido como coronavirus, aumentó dramáticamente el jueves en China, donde el gobierno destituyó a los jefes políticos de la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, cuna de la enfermedad, alimentando las especulaciones sobre la gravedad de la epidemia que mantiene en vilo al mundo.

Las autoridades chinas registraron otras 254 muertes en ese país, elevando a 1.367 el número de personas muertas por la epidemia en China continental.

Además informaron sobre 15.152 nuevos casos confirmados de contaminación, cifra que eleva el total a casi 60.000 personas, un aumento espectacular debido a la adopción de una nueva metodología en la definición de los casos relativos a la epidemia.

En un comunicado, la comisión de salud de Hubei dijo que ahora incluiría en su conteo oficial casos que fueron “diagnosticados clínicamente”.

Esto significa que las imágenes de pulmón en casos sospechosos pueden considerarse suficientes para diagnosticar el virus, en lugar de las pruebas estándar de ácido nucleico.

De acuerdo con la comisión de salud de Hubei, el cambio significa que los pacientes podrían recibir tratamiento “lo antes posible” y ser “consistentes” con la clasificación utilizada en otras provincias.

La entidad añadió que había hecho el cambio “a medida que nuestra comprensión de la neumonía causada por el nuevo coronavirus se profundiza, y a medida que acumulamos experiencia en diagnóstico y tratamiento”.

En este tipo de epidemia, hay dos métodos: rastrillar en forma amplia para que ningún enfermo quede fuera o hacer una detección precisa” que lleva más tiempo, declaró a la AFP Kentaro Iwata, profesor de la Universidad de Kobe (Japón) y experto en enfermedades infecciosas.

“Siempre se plantea el dilema”, señaló Iwata que consideró “comprensible” que las autoridades de Hubei opten por la primera solución frente a la urgencia.

China recibió elogios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la transparencia en la gestión de la crisis sanitaria, pero la población se muestra escéptica.

En ese contexto, la nueva metodología adoptada por las autoridades para definir los casos confirmados alimentaría las sospechas de que el total era hasta ahora subestimado.

Zhong Nanshan, un renombrado científico de la Comisión de Nacional de Salud, había estimado que la epidemia debería alcanzar el pico “a mediados o finales de febrero”.

En Ginebra, Michael Ryan, jefe del departamento de emergencias sanitarias de la OMS, declaró horas después que pensaba “que es demasiado pronto para tratar de predecir el […] fin de esta epidemia”.

Destitución de Jiang Chaoliang

El anuncio de este nuevo enfoque coincidió con la destitución del principal responsable del Partido Comunista de China en la provincia de Hubei, Jiang Chaoliang, que fue remplazado por el alcalde de Shangái, Ying Yong, dirigente cercano a Xi Jinping.

El principal responsable comunista de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, Ma Guoqiang, también fue destituido.

Esas destituciones responden a la cólera de la opinión pública, que considera que las autoridades tardaron en reaccionar cuando aparecieron los primeros casos de la enfermedad.

Se suman a la destitución de los dos principales responsables sanitarios de la provincia de Hubei.

China ha colocado virtualmente a unos 56 millones de personas en una gigantesca cuarentena en la provincia de Hubei, y especialmente en la capital, Wuhan, además de restringir los movimientos de varios millones más en diversas ciudades.

El presidente chino, Xi Jinping, presidió el miércoles una reunión del Politburó del partido Comunista después de la divulgación de números que indicaban una reducción en los casos confirmados por segundo día consecutivo.

Agence France-Presse

Últimas Noticias