“Para entender lo que está pasando, hay que darse cuenta que el gran problema que se está cuestionando hoy día tiene que ver con formas en la actuación policial que han restado credibilidad en la producción de pruebas”.
“Desde siempre, desde que existen los sistemas penales modernos, ha existido el temor de que las policías, incluso con buena intensión, saben o creen de buena fe que una persona cometió un delito pero no tienen las pruebas suficientes para detenerlos. Entonces siempre se ha temido, y existen casos en los que se ha comprobado que, para lograr que esa persona sea detenida y condenada, se manipulan y se inventan las pruebas (…) eso es lo que ha estado flotando acá”.