No hay doble lectura para lo ocurrido la noche del martes en La Bombonera. Colo Colo dejó escapar una oportunidad de oro en sus aspiraciones continentales. No solo de ganar por primera vez por Copa Libertadores en suelo argentino, sino que, lo más importante, haber dado un paso gigante de cara a la clasificación a la ronda de octavos de final del torneo. Así de simple. Más allá del nivel de los rivales, el equipo de Quinteros pudo dar un golpe importante y dejó pasar una chance clara.
Porque más allá de que los albos no llegaban en un buen momento, sobre todo en comparación con lo que mostró hace menos de un año en Sudamérica, lo exhibido ayer en Buenos Aires dejó en claro que como colectivo era un mejor equipo. Le perdonó la vida a un rival discreto, con estrellas que pasan por un pésimo momento. En la actualidad, los xeneizes son una mala copia de aquel cuadro que siempre fue candidato a ganar este torneo. Y frente a eso, Colo Colo no pudo. Sin grandes figuras, pero mejor trabajado y con un sello que a más de alguno le recordó pasajes de tiempos pretéritos recientes, al Cacique le faltó osadía. Y sobre todo peso en ataque.
Es cierto que una de las grandes figuras en La Bombonera fue Bryan Cortés, sobre todo por un par de atajadas en el primer tiempo, pero siempre quedó la impresión de que Colo Colo con un par de mejores nombres en los últimos metros de la cancha rompía la historia. Porque el rival tenía pánico en el primer tiempo cuando era presionado, y aun así el equipo de Quinteros no pudo quebrarlo cuando recuperaba alto el balón. En ese sentido, un buen partido de los volantes que permanentemente jugaron en campo rival.
Pero claro, los partidos se ganan en las áreas. Y ahí es donde los albos este 2023 están cojos. Bien cubierto el pórtico propio, pero sin peso específico frente al arco rival. Y ya resulta dramático lo que padece Quinteros en cada partido internacional. Porque en el torneo local más o menos le alcanza, con lo justo, para ganar más que perder. Pero en la Copa sufre con cada llegada de sus delanteros.
Y ahí es donde uno cree que Colo Colo se farreó la posibilidad de seguir construyendo un equipo de peso, que mejorara las performances a nivel sudamericano. No fue capaz de reemplazar a Solari y Lucero. Ni siquiera a Gabriel Costa, que al lado de todos los jugadores que firmaron esta temporada para hacerlo olvidado parece Mbappé. Los albos con un par de delanteros de peso seguramente ya estaría clasificado a la siguiente ronda con mucha antelación, en el peor grupo de la Copa Libertadores.
La buena noticia para el Cacique es que pese a todo lo que ha padecido en estos meses con las malas actuaciones de sus delanteros, sigue con vida en la Copa. Más allá de si el grupo es o no competitivo, lo concreto es que tiene una vida más. Anoche la bala le pasó cerca por la ayuda que le dio Monagas, pero sin duda que una eliminación ante Pereira en la última fecha sería lapidaria. No solo para los jugadores, sino que para Quinteros, que una vez más se quedaría en la fase de grupo con un equipo chileno. Y esta sí que sería farra mayúscula.
Cristian Caamaño, Periodista de Deportes en Agricultura