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Siguen los coletazos por el aplazamiento del partido final vuelta de Copa Libertadores de América entre River Plate y Boca Juniors. Hasta el momento, no existe claridad de cuándo, cómo y dónde se podrá desarrollar dicho compromiso.

Lo anterior es algo que se pretende dilucidar en la jornada de hoy, ya que en la sede de la Confederación Sudamericana de Fútbol, ubicada en Paraguay, se reúnan los presidentes de Conmebol (Alejandro Domínguez), Boca Juniors (Daniel Angelici) y River Plate (Rodolfo D’Onofrio) para dar un corte definitivo al conflicto.

Uno de los principales protagonistas de la polémica trasandina es el jugador de Boca Juniors, Pablo Pérez. El capitán Xeneize narró los hechos vividos dentro del bus cuando se acercaban al Estadio Monumental.

“Estoy con mucha bronca e impotencia, es una tristeza todo lo que pasó. Tengo irritado el ojo, alguna astilla de vidrio me rozó, el episodio fue lamentable y muy raro porque antes de pasar el puente antes del estadio no había mucha gente, cuando pasamos aparecieron unas 200 personas a tirarnos piedras”.

Además agregó que “fue una vergüenza. Yo en el hospital y el partido se estaba por jugar, me llama el técnico (Guillermo Barros Schelotto) y me dice que me vaya al estadio porque se empezaba igual. Te digo que con el ojo hinchado e irritado iba a jugar igual, pero nos estaban obligando porque yo no lo podía hacer. Es una vergüenza que el doctor de Conmebol haya dicho que podía jugar cuando nunca me fue a ver”.

Asimismo, Pablo Pérez comentó cuál era la sensación del plantel antes de postergar el partido. “Cómo íbamos a jugar en una cancha que no nos daba seguridad, quién nos sacaba de ahí si ganábamos. Si jugábamos, ganábamos y dábamos la vuelta en su cancha, nos mataban. Es una locura”.

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