En medio de los cuestionamientos en su contra, Gustavo Poyet, sostuvo una reunión con la gerencia deportiva de Universidad Católica para hablar sobre refuerzos de cara a la segunda rueda del Torneo Nacional.
En la conversación que se llevó a cabo el pasado martes se optó por reforzar el ataque. Específicamente se habló de un extremo derecho o izquierdo. Esto, principalmente tras la lesión de Gonzalo Tapia, la baja en el nivel de Gastón Lezcano y la inconsistencia de Edson Puch.
Uno de los nombres que surgió en la interna fue el de Fabián Orellana. El atacante seduce en la precordillera, sin embargo, el jugador no quiere volver a Chile. La otra traba para la dirigencia cruzada es el alto costo de los extremos nacionales, sobre todo en el mercado mexicano.
Por ello, se optó por incorporar un extremo extranjero. Este ocupará la vacante disponible tras la partida de Matías Dituro. La inversión irá destinada específicamente a esa posición, ya que es prioridad para Poyet.
En cuanto a otra incorporación, se determinará si surge alguna posibilidad en el mercado con jugadores nacionales. Se evalúan alternativas, pero el extremo surge como la nueva obsesión del técnico uruguayo.