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Un grupo de científicos de la Universidad de Santiago (Usach) consiguió fabricar leche sin lactosa mediante microorganismos antárticos, lo que permitirá optimizar e incrementar la producción de derivados lácteos sin esta proteína, según informaron hoy en rueda de prensa los mismos investigadores.

lecheSegún el director del proyecto, Renato Chávez, esta investigación podrá solucionará “un problema importante en Chile, pero también un problema de carácter mundial”. “Entre el 60 y el 80 % de la población chilena es intolerante a lactosa en algún grado y lo mismo en todo el Cono Sur. Esta condición es menor en los lugares del norte del planeta, pero esencialmente esto es un problema de carácter mundial”, insistió.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de las personas de asimilar esta molécula al carecer de la beta-galactosidasa, la enzima encargada de dividir los dos componentes de la lactosa, la galactosa y la glucosa, para que éstos puedan ser absorbidos por el organismo. Por ello, este descubrimiento permitirá mejorar la eficiencia e incrementar la producción de derivados lácteos sin lactosa, ya que los microorganismos antárticos permiten que esta enzima funcione a temperaturas más bajas que la utilizada comercialmente.

Para llevar a cabo este hallazgo, los científicos buscaron microorganismos que estuvieran adaptados a funcionar en condiciones constantes de frío y donde estuvieran en grandes cantidades. Esas condiciones las encontraron en el mar de la isla Rey Jorge, en la Antártida, al sur del continente americano, lugar en el la universidad tiene un laboratorio de investigación climatológica.

Allí, los científicos hicieron un estudio preliminar y averiguaron que los microorganismos se encontraban en las esponjas marinas, que al alimentarse filtrando el agua, retienen gran cantidad de dichos microorganismos en su interior. Para Chávez, la posibilidad de que la enzima funcione a temperaturas más bajas permitirá que las personas intolerantes a la lactosa puedan encontrar en el mercado mayor variedad de productos derivados, como leche en polvo, quesos y yogures.

“El mercado para estas personas intolerantes a esta proteína es esencialmente leche líquida sin lactosa, y es poco habitual encontrar otros productos, porque son muy difíciles de producir con las enzimas que existen actualmente”, indicó.

En la actualidad, para producir leche sin lactosa el proceso de ruptura de esta proteína se realiza en el propio recipiente, donde se agrega la leche pasteurizada y la enzima beta-galactosidasa, que divide sus componentes.

Fuente: El Ciudadano

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