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A partir de las próximas semanas, dados los pronósticos, el mayor enemigo para los productores no serán las lluvias ni las heladas, sino que el llamado golpe de sol, afección que se relaciona con una alta irradiación solar y temperatura que reciben los frutos así como otros órganos de la planta.

nogalesAl analizar lo que ha sido 2016, podemos concluir que el clima ha sido bastante más duro que otros años con los productores de nueces, debido especialmente a que provocó que se adelantara la brotación en alrededor de 10-12 días, lo que a su vez dejó a las plantas más expuestas a la ocurrencia de lluvias y heladas primaverales.

Esto, sumado a las alzas de las temperaturas desde la mitad de la temporada en adelante, ha llevado a que se eleven las posibilidades de que se produzcan, episodios de peste negra, enfermedad causada por la bacteria Xanthomonas arborícola pv. juglandis (Xaj).

El problema es que el pronóstico climático para los próximos días indica que algunos sectores de la zona central se verán nuevamente expuestos a lluvias, por lo que los cuidados de parte de los productores tendrán que prolongarse, al menos, hasta mediados de enero, mes en que la cáscara del fruto comienza a endurecerse y, por ende, se hace más resistente.

Es importante tener en cuenta que, diferencia de lo que ocurre en la zona sur, en el centro del país la humedad relativa desciende rápidamente una vez ocurrida la lluvia, muchas veces en cuestión de horas. No obstante, esto no quiere decir que no se puedan producir problemas. De hecho, lo más probable es que en las próximas semanas aumenten los casos de Brown Apical Necrosis (BAN), enfermedad que causa la caída prematura de frutos y que está asociada a la presencia de Xaj. Cabe destacar que esta afección se produce principalmente en la variedad Chandler, no así en Serr.

Por lo mismo, hoy más que nunca, es sumamente importante que aquellos huertos sanos que se vean expuestos a rocíos, garúas, lluvias o presencia de agua libre en general, reciban las aplicaciones de productos cúpricos preventivas que corresponden.

Lo que viene

Sin embargo, tenemos que ser justos. Y es que pese a todo lo anterior, el panorama en términos de productividad de los árboles, por estos días, se ve bastante positivo. De hecho, los árboles se ven con bastante carga —más que en otros años— tanto en el norte como en algunas zonas del sur del país, especialmente en aquellos huertos donde los manejos de polinización y cuaja han sido los adecuados.

Así, a partir de las próximas semanas, dados los pronósticos, el mayor enemigo para los productores no serán las lluvias ni las heladas, sino que podría ser el golpe de sol, afección que se relaciona con una alta irradiación solar y temperatura que reciben los frutos así como otros órganos de la planta. Esto lleva a que la planta, por la alta demanda atmosférica, tenga dificultades para evapotranspirar y bajar su temperatura. Por ende, a menudo, se dañan sus tejidos y sus frutos pierden calidad y valor comercial.

El daño está relacionado mayoritariamente con la obtención de nueces de colores más oscuros que los ideales, aunque también puede significa una merma en la producción, tal como ha ocurrido en el Hemisferio Norte, donde se dieron cuantiosos abortos de frutos y se obtuvieron nueces vanas. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió durante la última temporada en California, Estados Unidos, donde se registró hasta un 40% de fruta vana en variedades no Chandler.

Cabe destacar que si bien cualquier variedad se puede ver expuesta al golpe de sol, Chandler es más sensible que otras, debido a que tiene una alta productividad y menor vigor. Esto, en la práctica, significa que al haber menos hojas se protegen menos los frutos, sobre todo en años de alta producción. Serr, en cambio, es una variedad que tiene un pelón más grueso, lo que le brinda mayor protección.

Por lo mismo, resulta fundamental prestar atención a los síntomas que vaya dando el árbol. Así, si este presenta hojas estresadas y encarrujadas o frutos de color pardo en lugares expuestos al sol, es muy probable que nos encontremos frente a una planta que ha sufrido daño por sol.

La idea, de todos modos, es apostar por la prevención a través de la mejora del crecimiento de los árboles (aumento de la cobertura de hojas hacia los frutos) y de la utilización de bloqueadores solares, los cuales en la mayoría de los casos están hechos en base a caolinitas, elementos que provocan una capa blanca sobre la hoja y el fruto, y que bajan su temperatura.

Se debe considerar que la aplicación de estos productos, en general, tiene un alto valor, el que puede llegar a $50.000-$100.000 por hectárea. Por lo mismo, su utilización debería depender de la condición en que se encuentre la producción. Así, si esta se encuentra en grave riesgo de sufrir daño, su uso aparece como fundamental. Si el panorama es otro, es decir, el nivel de daño es acotado, tal vez se pueda prescindir de su uso.

Pero esto no es todo: también se debe procurar llevar a cabo un completo y preciso control del riego, con el fin de evitar problemas de deshidrataciones rápidas de los árboles. Y es que si en un año común y corriente un error en el riego puede generar algunos daños acotados, en esta oportunidad tomar una mala decisión puede ser complicado para el huerto. En ese contexto, siempre será bueno contar con tecnología que permita hacer diagnósticos precisos de la disponibilidad de agua en el suelo. Si no se cuenta con ellas, lo mejor será que el productor esté realizando calicatas que le permitan saber cómo está la relación suelo-planta-riego (agua).

Fuente: El Mercurio Campo

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