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La uva de mesa sufre por la disputa entre EE.UU. y China y el retraso de Perú. Las variedades con royalty serían el 15% de la oferta.

Por estos días, Francisco Pretel sale casi todas las noches de San Fernando. Toma la carretera rumbo al norte, pasa frente a Rancagua y sigue. Recién para en la central de embalaje de Garcés Fruit en San Francisco de Mostazal, en la Región de O’Higgins.

Pretel se dedica a observar el procesamiento de las cerezas de Valle Arriba, la agrícola para la que trabaja. Lo que está en juego es mucho. Las cerezas vienen de la parte más costera del valle de Limarí, en la Región de Coquimbo. La influencia del frío Océano Pacífico les permite acumular las suficientes horas de frío y, gracias al sol nortino, inauguran la cosecha de la fruta en Chile.

Luego de ser procesadas, las cerezas nortinas viajan por avión a China, donde las esperan ansiosos consumidores.

“Esta es una buena temporada”, reconoce Pretel, gerente general de Agrocomercial Valle Arriba.

Las cajas de cerezas del Limarí se unirán a los 36 millones de cajas que, según el Comité de Cerezas, exportará Chile en la temporada 2018-2019.

Todo parece indicar que la demanda en China, el principal mercado de destino, debería funcionar muy bien para esa fruta. Producto de la guerra comercial entre Estados Unidos y el gigante asiático, los orientales respondieron, entre otras medidas, con alzas en los aranceles a varias frutas, entre ellas las cerezas.

Si hasta la temporada pasada los agricultores y exportadores debían lidiar con el clima, plagas, cambios o la demanda cambiante, en la campaña 2018-2019 tienen que agregar la preocupación por la política internacional.

Las alzas arancelarias también afectaron a las uvas de mesa californianas. Eso sí, como tienen un volumen mucho mayor, la limitación para vender en China elevó los stocks en Estados Unidos a 18,1 millones de cajas, un récord histórico para fines de octubre. Esa situación amenaza con complicar las exportaciones a ese mercado y al resto del mundo.

 

La tercera gran fruta que abre la temporada, el arándano, en tanto, vive momentos más tranquilos por el atractivo de la demanda para congelados por la agroindustria. El Comité de Arándanos lanzó una proyección que incluye una baja de 5% en los envíos chilenos.

Fuente: Revista del Campo

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