Con el objetivo de producir un vino espumante de calidad, tres socios se embarcaron en un proyecto inédito en Rapa Nui. Sobre esto conversamos en El Agro junto a Álvaro Arriagada, ingeniero agrónomo y uno de los creadores de esta iniciativa que lo llevó a instalarse definitivamente en la isla.
Este proyecto tiene como objetivo producir un vino de calidad, con características diferenciadoras, tanto en el origen y en la variedad de uva, en un territorio que hasta el momento no lo hace por sus condiciones extremas de clima y suelo.
Para Arriagada, “el trabajo ha sido más arduo de lo que pensábamos, porque la maleza aquí es increíble, crece por minuto y tienes que tener bastante buen control de las malezas. Además estamos tratando de usar sistemas más bien orgánicos, sin tanto químico”.
Hace casi un año terminaron de plantar cepas de Chardonnay, Pinot Noir y vides asilvestradas. “Como resultado, de Pinot Noir cosechamos 1 kilo y logramos tener muy buen color y aroma, y estoy esperanzado de que la salida pueda ser más allá de lo que esperábamos”, señaló el ingeniero agrónomo.
Y añadió que “nuestro objetivo es ver qué cepas hay asilvestradas en la distintas partes de la isla. Hemos investigado que algunos misioneros trajeron uvas, pero con la capacidad de ser uva de mesa. Ahora estamos en el periodo de ver la parte genética y después ver y medir si tiene un potencial enológico”.
Fermentación única en el agua
Una de las principales características con la que han tenido que trabajar en este proyecto tiene relación con el suelo volcánico de la Rapa Nui. Arriagada explica que “eso permite que la acidez del suelo sea bastante baja y esperemos que dé uvas y vinos de alta acidez. Tenemos el problema del clima subtropical, donde llueve sale el sol, por lo tanto las malezas son abundantes, y tenemos muchos ataques de hongo y estamos trabajando en eso”.
Debido a lo anterior, uno de los trabajos más inéditos en los que están trabajando es que la segunda fermentación del proyecto sea bajo el agua. “Porque las condiciones de temperatura son estables, no hay luz y por lo tanto le daríamos una característica única al vino, sería muy interesante para que la gente venga a buscarlo y comprarlo”, planteó.
Buena llegada
Además, Arriagada destacó la buena aceptación que ha tenido el proyecto entre los rapa nui. “Nosotros somos bastante cautos y trabajamos mucho con Poki Tane (uno de los socios) para que la comunidad sepa lo que estamos haciendo, no tratamos de imponer las cosas”, indicó.
“Les mostramos el ensayo que hicimos en los pámpanos que cosechamos, con sus colores, el aroma. Este es el primer vino Rapa Nui histórico”, señaló.
Y una forma de honrar la buena llegada que ha tenido esta iniciativa innovadora en el lugar, es comunicar a través del nombre y la etiqueta del vino toda la cultura Rapa Nui. “La gente tiene una buena mirada con la isla y también queremos meter en la etiqueta la parte cultural. Hay mucha cultura que se puede transmitir a través de la etiqueta y con un nombre que muestre el lugar de origen”, explicó.
Potencial productivo en Rapa Nui
Esta iniciativa viene a ser la punta de lanza de algo mucho más profundo para la isla, algo en lo que Arriagada y sus socios vienen trabajando. “Creo que falta más tecnología para desarrollar otro tipo de agricultura en la isla, los suelos son más bien pobres, porque son muy delgados, es difícil tener los materiales, porque todo se tiene que traer del continente, por lo tanto hay que adaptarlo”.
A pesar de esto, Arriagada asegura que “estoy convencido de que sí hay un potencial productivo en Rapa Nui y estoy trabajando para poder demostrarlo. La comunidad se dio cuenta de que depender del continente era muy peligroso y por lo tanto debe desarrollarse una agricultura que les dé cierta independencia, y en eso están tomando consciencia. Partieron con sus propios huertos y ahora falta algo más desarrollado y tecnificado”.