Raquel Argandoña
Raquel Argandoña
Comparte

La animadora Raquel Argandoña relató una angustiante experiencia que vivió mientras se encontraba sola en su casa, asegurando que estuvo “a punto de morir”.

Según explicó la comunicadora en conversación con Las Últimas Noticias, todo comenzó cuando se atoró con un pedazo de pollo que estaba comiendo.

“Fue terrible, terrible, terrible. Estuve a punto de morir, no podía respirar”, confesó Raquel sobre su incidente, el cual ocurrió a las 16:00 horas del pasado lunes.

“Todo esto pasó porque estoy haciendo una dieta en la que como pura proteína: pollo y huevo duro. Ya he bajado cinco kilos. Súper seco porque hago el pollo al grill y en tiritas. Cuando vives sola no te sientas a la mesa. Comes parada y me estaba echando crema”, explicó.

En este sentido, aclaró que reveló su historia en su programa “Tal cual” de TV+. “Hoy cuando lo conté en el programa no quería emocionarme, pero fue tanta la desesperación que sentí, que fue inevitable”.

“Me acuerdo y no se lo doy ni a mi peor enemigo. Fue espantoso, sentí que me moría”, confesó Argandoña.

Sobre el suceso, la animadora comentó que en ese momento salió al pasillo a pedir ayuda, “pero no había nadie. Llamé al conserje, que me decía ‘¿aló, aló?’ y yo no podía responder. Cuando estás atorada la voz no te sale”.

Imagínate que de todo lo que me ha pasado en la vida, que han sido varias cosas, esto es lo peor que me ha pasado“, reconoció.

“Lo único que atiné fue a dejar la puerta abierta para que me encontraran, porque tengo una puerta blindada que no se puede abrir por fuera. Es un cacho porque te encierras tú misma”, sostuvo la madre de “Kel” Calderón. 

Tras esto, aseguró que “me empecé a poner roja. Me metí la mano a la boca y nada. Me miré al espejo y tenía la cara y la cabeza hinchadas. Dije, ‘ya, me muero’. Estaba lista. Me afirmé a la taza del baño y ahí parece que apreté algo (el abdomen) porque me hinqué. Ahí sentí que se hizo un espacio en el que pude respirar un poco. Estuve cinco horas con otra voz que no era la mía. Tenía todo irritado adentro. Deben haber sido tres minutos de terror”. 

Sumamente afectada por lo ocurrido, Raquel dijo que “en la mañana no quería venir a trabajar, porque con la tensión que tuve me quedó el cuerpo lacio. Nunca me había pasado que no me quisiera levantar. Pienso en lo que pasó y lloro, porque fue tan terrible que no me entraba el aire”. 

Finalmente, señaló que no fue a la clínica porque “ya tengo voz. De todas maneras, no he comido nada, todo líquido nomás. No quiero ni masticar porque quedé adolorida”. 

Últimas Noticias