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Autoridades bolivianas  llamaron a la pacificación del país tras la muerte de cinco campesinos leales al ex mandatario Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración “por la paz” por razones seguridad.

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó las muertes e indicó que parecen resultado del “uso innecesario o desproporcionado” de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a “salirse de control”.

“Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones”, reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales, que llamó a sesiones para el martes.

“Convocamos al ahora oficialismo a poder sentarnos para dialogar sobre las bases en las cuales se va a enmarcar esta convocatoria y estas [nuevas] elecciones”, dijo Copa.

Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo gobierno de la mandataria interina Jeanine Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar “al país completo” y exhortó a que los bolivianos: “depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen”.

Sin embargo, una “concentración por la paz”, convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones “por razones de seguridad”, según dijeron a la AFP.

A unas cuadras de esa fallida concentración, unos mil campesinos marchaban en contra del nuevo gobierno provisional y a favor de Morales.

Morales, asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las fuerzas armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.

 

AFP.

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