AFP
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Tres personas murieron y otras treinta resultaron heridas este martes en un operativo policial-militar para despejar el acceso a una planta de combu

Los manifestantes protestaban contra Jeanine Áñez, la presidenta interina de Bolivia que tomó las riendas del país andino 48 horas después de la renuncia de Morales el pasado 10 de noviembre.

El titular de Defensa del gobierno interino, Luis Fernando López, dijo luego en rueda de prensa que a pesar de las tres bajas civiles “de las Fuerzas Armadas no salió ni un solo proyectil“.

López atribuyó la violencia a “hordas” que “están recibiendo órdenes, dinero, alcohol y coca para causar temor, pánico”.

Antes de que se desencadenara la violencia, el ejército y la policía habían intervenido la planta para despejar el acceso a la distribuidora de combustible, ocupada desde el jueves por manifestantes leales a Morales, lo que casi paralizó el transporte público y privado en La Paz y afectó la distribución de alimentos.

Apoyados por carros blindados y helicópteros, una fuerza combinada de policías y militares luego escoltaron un convoy de carros cisternas desde el interior de la planta, según imágenes distribuidas en redes sociales.

stibles bloqueada por partidarios del expresidente Evo Morales, un día antes de que la OEA discuta una resolución para que Bolivia llame con urgencia a elecciones.

Se ha constatado la existencia de tres muertos, dos de ellos confirmados (por impacto) de bala“, declaró a la AFP un portavoz de la Defensoría del Pueblo, órgano público encargado de proteger los derechos de los bolivianos.

“Estamos pidiendo a las autoridades una investigación”, añadió.

Además, 30 personas resultaron heridas en la operación, indicó la Defensoría.

Los disturbios estallaron cuando “agitadores y vándalos enardecidos” atacaron y destruyeron parcialmente la planta de hidrocarburos de Senkata, en El Alto, ciudad vecina a La Paz, “utilizando explosivos de alto poder”,  informaron las Fuerzas Armadas bolivianas en un comunicado.

“El gobierno de facto al estilo de dictaduras militares nuevamente mata a mis hermanos de El Alto que resisten pacíficamente el golpismo y luchan en defensa de la vida y la democracia”, denunció Morales en Twitter, desde su exilio en México.

La violencia social en Bolivia, que se desató después de las elecciones del 20 de octubre, que dieron la reelección a Morales y en las que luego se detectaron irregularidades, suma 27 fallecidos y más de 400 heridos, según datos de la Fiscalía General y la Defensoría del Pueblo.

Ante los problemas de suministro de alimentos en La Paz, las autoridades locales coordinan con las fuerzas armadas para la distribución de comida, como carnes de pollo y vacuno.

Pero en las mercados de abasto de la capital administrativa del país se pueden observar largas filas de personas tratando de obtener alimentos, cuyos precios se han disparado por la especulación.

Agence France-Presse

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