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Estados Unidos y los talibanes reavivaron las esperanzas de paz en Afganistán al anunciar una tregua parcial de una semana en todo el país, que debe incluir a las autoridades afganas y conducir, en caso de ser respetada, a la firma de un acuerdo de retirada de las tropas estadounidenses.

Pero esta tregua, cuyo contenido es un poco nebuloso, no pondrá fin a los combates entre las fuerzas afganas y los insurgentes sino que está destinada a reducirlos. Aunque los expertos temen que los talibanes la utilicen para ganar terreno.

Es una situación realmente precaria y los saboteadores de todos los lados maniobran ya para romper el equilibrio“, advirtió a la AFP Ashley Jackson, investigadora del Overseas Development Institute.

El jefe del Pentágono, Mark Esper, anunció el jueves en Bruselas esta “reducción de la violencia durante siete días”. Un responsable estadounidense precisó el viernes a la AFP que empezará “próximamente”, aunque otro responsable talibán declaró el miércoles que daría inicio el viernes.

El respeto de esta tregua parcial, que mostrará sobre todo la buena voluntad de los talibanes y su capacidad para controlar a sus soldados, es una condición para la firma de una acuerdo entre Washington y los insurgentes con vistas a la retirada de los 12.000-13.000 soldados estadounidenses que todavía siguen en Afganistán.

Un acuerdo está “muy cerca”, dijo el jueves el presidente estadounidense, Donald Trump. Pero para la investigadora Jackson, “hay que estar loco para hacer esta apuesta”.

Estados Unidos y los talibanes llevan negociando más de un año el acuerdo para la retirada de los soldados estadounidenses de Afganistán, a cambio de la reducción de la violencia y garantías de seguridad, así como la apertura de un diálogo entre los afganos.

Agence France-Presse

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