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Centenares de personas se aventuraron a manifestar contra la prolongación del confinamiento en Estados Unidos, alentados por el presidente Donald Trump, pese a que su país ostenta cerca de la cuarta parte de las más de 157.000 muertes por la pandemia de COVID-19.

Mientras asciende el siniestro balance, celebridades y estrellas de la música de todo el mundo realizaron un megaconcierto a través de internet para aliviar el confinamiento que mantienen cerca de 4.500 millones de personas, más de la mitad de la población mundial.

El concierto virtual, en apoyo al personal de la salud en el mundo, reunió entre otros, a estrellas como Taylor Swift, The Rolling Stones, Annie Lennox, Luis Fonsi, Elton John, Jennifer López, Celine Dion, Paul McCartney, Stevie Wonder y Billie Eilish.

Pero la creciente disconformidad ante las restricciones impuestas para frenar la propagación del virus se puso de manifiesto en Estados Unidos. Desde New Hampshire hasta California, cientos de personas salieron a la calle para protestar contra las medidas de confinamiento, muchos blandiendo banderas estadounidenses y algunos armados.

Aunque la mayoría de los estadounidenses están en desacuerdo con las protestas, Trump pareció darles aliento cuando declaró que “algunos gobernadores habían ido demasiado lejos” imponiendo “restricciones irrazonables”.

En tanto, el estado de Nueva York, epicentro de la pandemia en Estados Unidos, registró el menor número de fallecidos en las últimas dos semanas, con 540 en las últimas 24 horas, al mismo tiempo 2.000 nuevas hospitalizaciones.

En todos los rincones

En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump arremetió nuevamente contra China, días después de que su gobierno considerara que Pekín “ocultó” la gravedad de la pandemia.

El mandatario advirtió que China podría enfrentar “consecuencias” si fue “intencionadamente responsable” de la propagación del virus que se originó en la ciudad china de Wuhan en diciembre.

“Podría haber sido detenido en China antes de empezar y no lo fue”, dijo. “Y ahora todo el mundo está sufriendo por ello”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe de la diplomacia británica, Dominic Raab, también pusieron en duda la transparencia de Pekín.

Por su parte, el director del laboratorio de máxima seguridad P4, que estudia virus peligrosos, de la ciudad china de Wuhan, acusado por medios de comunicación estadounidenses de ser la fuente del nuevo coronavirus ha desmentido categóricamente este sábado las acusaciones.

“Es imposible que este virus venga de nosotros”, declaró en una entrevista con medios de comunicación públicos Yuan Zhiming, director del laboratorio de Wuhan.

Prácticamente no hay un solo país o territorio del planeta donde no haya llegado el coronavirus, que ya ha infectado a más de 2.280.000 personas y matado a más de 157.000 desde que apareció en China a fines de 2019, según el último recuento de la AFP. 

Europa registra casi la mitad de esos contagios y más de 100.000 de los fallecidos, sobre todo en Italia (más de 23.200 decesos), España (más de 20.000), Francia (más de 19.300) y Reino Unido (casi 15.500). Muy por debajo de esas cifras, China reporta 4.632 muertos.

Pero Estados Unidos es el país más golpeado del mundo, con más de 730.000 contagios y unos 38.600 fallecidos, según el último balance de este sábado. En América Latina el número de muertos supera los 4.800 y África registra más de 1.000.

¿Desconfinamiento?

Tras semanas devastadoras, las señales de la desaceleración de la epidemia en Europa, aunque se sigan reportando cientos de muertos, han llevado a algunos países a pensar en el desconfinamiento.

“La Iglesia del cementerio de Bérgamo vacía. Al fin”, escribió este sábado el alcalde de esa localidad italiana en Twitter, y mostró en un foto el interior del lugar ya sin los numerosos ataúdes que tuvo que recibir desde hace semanas.

A partir del 11 de mayo está previsto que se reanuden actividades, o incluso se reabran los colegios, en Francia y Suiza. En Alemania la cita es el 4 de mayo, Dinamarca ya lo aplica. En España no hay fecha para reabrir los centros educativos.

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido del riesgo de una segunda ola mortal del virus, si se levanta el confinamiento muy pronto.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que la frontera con Estados permanecerá cerrada por otro mes. Y en América Latina, países como República Dominicana, El Salvador o Paraguay prolongan los toques de queda o los confinamientos.

Guerras del hambre

El confinamiento es aún más duro en los países más pobres o en conflicto, en África, Medio Oriente o América Latina.

“Señor presidente, estamos atravesando una crisis alimentaria. Aquí hay una guerra”, advirtió Joani Fredericks, una activista de Sudáfrica, preocupada porque el confinamiento en su país ha derivado en choques con la policía y saqueos en los barrios más empobrecidos, a causa del hambre.

En Brasil, con más de 2.300 muertos y más de 36.000 infectados -aunque el número real de contagios podría ser 15 veces mayor, según investigadores- la situación sanitaria en las favelas es particularmente preocupante.

“Hay grandes riesgos de propagación del virus en la favela, en torno a un 40-50% de test que se hacen aquí son positivos”, dice Tiago Vieira Koch, director de clínica que trabaja en Rocinha, en Río.

Pero el presidente Jair Bolsonaro criticó nuevamente las medidas de cuarentena. “No hay que acobardarse con ese virus, hay que enfrentarlo con cabeza erguida, Dios está con nosotros”, gritó a una manifestación de fieles religiosos contra el aborto que se agolpó en el frente del Palacio del Planalto en Brasilia.

La crisis sanitaria amenaza con pasar una pesada factura a Latinoamérica y borrar los avances de los últimos años, como ya advirtió el Banco Mundial, que prometió 160.000 millones de dólares para financiar proyectos contra la pandemia en los próximos quince meses.

Y luego que la pandemia obligara a posponer eventos electorales en Chile o República Dominicana, el presidente venezolano Nicolás Maduro puso en duda los comicios legislativos previstos para este año.

En medio de las dificultades económicas, muchos países luchan por abastecerse de material para atender la emergencia.

En México (650 fallecidos) el gobierno, que prohibió la incineración de los cuerpos de los muertos por la COVID-19 sin identificar, anunció la compra de 1.000 respiradores a Estados Unidos, una décima parte de lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador, le había pedido a Trump.

Argentina recibió su primer vuelo con insumos procedentes de China, un avión con 13 toneladas de material sanitario.

Preocupación por migrantes y presos

En varias regiones, la situación de los migrantes es foco de preocupación. Unas 1.700 personas sin documentos -en su mayoría provenientes de Latinoamérica- quedaron varados en su ruta a Estados Unidos en una zona selvática de Panamá, donde esperan hacinados la apertura de fronteras.

Guatemala por su parte anunció que las deportaciones de guatemaltecos desde Estados Unidos han sido suspendidas hasta nuevo aviso tras un repunte de casos de coronavirus entre los expulsados.

Otro frente sensible son las prisiones. Dos presos murieron en un motín desatado por temor al coronavirus en una cárcel del norte de Perú, tras el deceso de otro interno por la COVID-19.

En Ecuador falleció un preso de una cárcel donde hay unos 1.400 detenidos, mientras en Colombia murieron tres reclusos y 20 estaban contagiados en la cárcel de Villavicencio, en el centro del país.

 

AFP. 

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