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El papel de la mujer, los migrantes, la opción por los pobres, la lucha contra los abusos y la formación en los seminarios son algunos de los temas que abordaron los participantes de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en estos primeros días, en los que también han surgido aplausos espontáneos para la “Iglesia que sufre” en Ucrania por la guerra.

Estos son los temas en los que se centró el trabajo de los 351 miembros de la reunión, divididos en 35 Círculos Menores, entre la tarde de este jueves y la mañana de este viernes.

En concreto, la sesión de esta mañana, en la que estuvo presente el Papa Francisco, se dividió en dos partes: la primera con 18 informes de los relatores de los distintos grupos a la asamblea y una segunda con 22 intervenciones individuales.

Según explicó el presidente de la Comisión para la Información y prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Paolo Ruffini, en un Círculo se hizo hincapié en “una revisión de las estructuras de la Iglesia, como el Código de Derecho Canónico, la dimensión de la Curia y, de nuevo, la formación”.

Además, destacó que se reiteró la necesidad del acompañamiento de los migrantes y se insistió en la importancia de potenciar la figura femenina en la Iglesia y su participación activa en los distintos procesos.

La secretaria de la Comisión para la Información del Sínodo, Sheila Leocádia Pires, destacó que hubo muchos momentos de oración y silencio y que reinaba un “ambiente de alegría”.

En cuanto al tema del papel de la mujer, explicó que al inicio de las discusiones se realizó una meditación sobre este tema.

Además, durante la reunión, tuvo lugar un momento de recuerdo para la “Iglesia que sufre” en Ucrania, una mención que ha suscitado los aplausos espontáneos de los miembros del Sínodo, según explicó Ruffini.

Además, el Papa Francisco entregó a los miembros del Sínodo dos reflexiones en las que les invita a combatir contra la “mundanidad espiritual” que, según precisa, es “paganismo disfrazado de ropaje eclesiástico”.

“La lucha que combatimos como seguidores de Jesús es, ante todo, contra la mundanidad espiritual, que es paganismo disfrazado de ropaje eclesiástico. Aunque se camufle bajo una apariencia sagrada, es una actitud que acaba siendo idolátrica”, señaló el Papa.

En concreto, el Papa les compartió un volumen que publica hoy la Libreria Editrice Vaticana y que reúne dos de sus discursos, un artículo de 1991 titulado ‘Corrupción y pecado’, reeditado en 2005, cuando era arzobispo en Buenos Aires, y uno de este año, la ‘Carta a los sacerdotes de la diócesis de Roma’.

Con estos textos, el Pontífice explica que quiere invitar a los miembros del Sínodo a “permanecer vigilantes y luchar, con la fuerza de la oración, contra cualquier claudicación ante la mundanidad espiritual”. Y añadió que “esta lucha tiene un nombre: se llama santidad”.

Agencia Uno – Europa Press.

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