Marcelo Hernandez/Aton Chile
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Un petitorio de 11 páginas, en el que se incluye la exigencia del uso de lenguaje inclusivo y no sexista incluso en los trabajos académicos, entregaron a la rectoría las 100 estudiantes que esta mañana se tomaron la casa central de la Universidad Católica de Chile.

Se trata de la primera ocupación del recinto en 50 años, desde que en 1967 un grupo de estudiantes varones se tomó la casa central e inició la reforma de ese plantel, dominado por el conservadurismo de la Iglesia Católica.

Esta mañana, las dirigentes de la toma entregaron un extenso petitorio en lenguaje no sexista que en sus primeras páginas señala textualmente:

“El día de hoy, dada la contingencia actual desarrollada en torno al cambio de paradigma de género y en continuidad con la lucha académica y social que libramos mujeres y disidentes desde hace mucho tiempo, nosotrxs como estudiantado UC hacemos entrega de este petitorio, desarrollado a partir de las necesidades que han surgido a raíz de incomodidades y precariedades para con el estudiantado, academia y funcionarixs vulneradxs, femeninos y disidentes en el establecimiento.

Este petitorio a grandes rasgos contempla:

  • Generar un nuevo protocolo UC que resguarde a lxs estudiantxs, funcionarixs y académicoxs según sus necesidades.
  • Abrir mesas de trabajo y discusión multiestamentales por facultad, donde se discuta el protocolo continuamente.
  • Creación de un departamento especializado para llevar el proceso de protocolo y acompañar a lx víctimx, oportuna y cabalmente.
  • Cualquier persona envuelta en un proceso de investigación deberá ser suspendido de su cargo y de ser declarado culpable ser desvinculado de la universidad.
  • Entrega de reglamento de comportamiento a todo funcionarix, adacemicx y estudiantx UC.
  • Transformación de la educación hacia un nuevo enfoque inclusivo en género, feminista interseccional y disidente.
  • Instauración de cuotas de género y disidencia en cargos académicos y administrativos.
  • Creación e implementación de un nuevo ramo de género obligatorio para todo el alumnadx.
  • Uso de lenguaje inclusivo en todo nivel.
  • No más discriminación en evaluaciones.
  • Equilibrar el género en las bibliografías de las asignaturas para lograr ser más inclusivas.
  • Realización de capacitaciones multiestamentales sobre violencia de género y respeto a las disidencias.
  • Encuestas docentes transparentes y obligatorias que midan la discriminación, haciéndola visible y sancionable.
  • Mayores beneficios y más igualitarios para padres y madres en la institución. – Aceptación del nombre social de cualquier persona transgénero.
  • Mayor tolerancia y respeto a nivel salud para género femenino y disidencias.
  • Implementación de herramientas inclusivas para la disidencia y diversidad funcional en todas las facultades.
  • Mayor inclusión e infraestructura para disidencias funcionales.

Este petitorio es nuestra respuesta y declaración de exigencias a trabajar a lo largo del tiempo, con énfasis en el carácter de profundización de este, porque si bien, se ha trabajado durante estas dos semanas en nuestra movilización y nuestras necesidades, dos semanas no son suficientes para presentar ideas y planes de acción para llevar a cabo las metas fijadas, sin menospreciar que las ideas principales existen, el norte ha sido fijado.

El trabajo será continuo e inclusivo, ya que creemos profundamente que cualquier medida tomada para nuestro resguardo y comodidad debe ser discutida y trabajada con nosotrxs; en este escenario actual creemos que la universidad debe actuar como el medio de instauración y prestación de espacios y medidas atingentes, consultando siempre con el alumnado, academia y funcionarixs, ya que a fin de cuentas somos la cara visible de esta institución y sus usuarixs más numerosos, siendo finalmente quiénes se ven afectadxs.

Uno de los ejes más importantes que queremos eliminar dentro de la institución es la discriminación arbitraria, que abarca el género, la edad, etnia, diversidad funcional, etc, donde uno de los mayores ejemplos es el trato desigual, déspota y denigrante en nuestras trabajadoras subcontratadas, cuyo valor como personas y su trabajo creemos debe ser revindicado y valorado.

Recalcar también el carácter de buena fé del trabajo que se quiere desarrollar, reconocemos a la Universidad como nuestra Institución, nuestra comunidad, no como a un némesis y por lo tanto esperamos y mantendremos una disposición propositiva y abierta. No obstante, firme para las negociaciones, hoy, mañana y siempre. Esperamos con ansias el inicio de las conversaciones y negociaciones que mantendremos y recalcamos el carácter de querer mejorar las cosas tanto para nosotrxs como para la universidad”.

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