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En medio de un recrudecimiento de los atentados incendiarios en sur del país en las últimas semanas, Jorge Luchsinger Mackay y el lonco Aniceto Norín intercambiaron sus visiones sobre la violencia en la región.

Tanto el hijo mayor del matrimonio asesinado en Vilcún como el lonco que fue condenado en 2003 por cinco delitos terroristas y luego absuelto en 2014 – tras ganar una demanda contra el Estado chileno – concordaron en la necesidad de realizar “gestos concretos” para terminar con el odio y la división en la zona.

Luchsinger reveló que la participación del Gobierno fue clave para que el encuentro se pudiera concretar: “Seguramente muchas personas, tanto familiares como otros agricultores, tal como lo era mi padre, van a estar en desacuerdo, pero nosotros estamos dispuestos a recibir críticas en pos de lograr cambios para superar la violencia”, revela El Mercurio.

Por su parte, Aniceto Norín aseguró que participó en la reunión porque le inquieta tanto la situación de violencia que vive la zona como el estado de salud de Celestino Córdova: “Todo lo que está ocurriendo es preocupante, porque hoy queremos un país tranquilo y vivir en seguridad”, indicó.

En el encuentro, que se realizó de forma privada, participaron el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno; el director de la Corporación de Desarrollo Indígena (Conadi), Jorge Retamal, y el machi Camilo Mariano Cayupil.

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