SANTIAGO MORALES /AGENCIAUNO
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El debilitamiento progresivo de la capa de ozono a partir de la Revolución Industrial ha provocado enfermedades como el cáncer de piel de piel no melanocítico, causando aproximadamente 3 millones de muertes, y cáncer de piel melanocítico, con más de 65.000 muertes al año. Esto afecta principalmente a los más vulnerables: los niños.

Los químicos que tienen mayor repercusión en la capa de ozono son: el bromuro de metilo, que se utiliza para proteger alimentos como frutas, verduras y cereales de insectos, hongos, ácaros y bacterias; y para desinfectar almacenes, barcos, camiones, aviones, etc. Y el CFC (clorofluorocarbono: átomos de cloro y flúor), utilizados en la industria de la refrigeración, aislantes térmicos y propelentes de aerosol (lo que le da impulso a las sustancias).

El Dr. en Geofísica Espacial, Félix Zamorano, que también es Jefe del Laboratorio de Investigaciones Atmosféricas (LIA) de la Universidad de Magallanes, argumenta: “El año 2015 tuvimos un episodio crítico, ya que el agujero alcanzó los 27.000.000 de km2, el mayor tamaño detectado en mucho tiempo; en particular, el día 19 de noviembre de ese año, el borde del agujero de la capa de ozono, llegó hasta localidades en la Región de los Ríos. En 2017 se redujo a 17.000.000 de km2, pero en 2018 volvió a aumentar a 23.000.0000 de km2”.

En 2018 también se registraron 207 Unidades Dobson (UD) en Punta Arenas, 113 menos de lo que habitualmente debería alcanzar, afectando Valdivia, Temuco y Osorno de Puerto Montt. Es normal que durante la primavera y el verano aumente el tamaño del agujero de la capa de ozono, pero el daño que ha sufrido a lo largo de los años influye en su irregularidad.

Sin embargo, en años anteriores el agotamiento ha sido mucho peor. Según la ONU, la capa de ozono ha logrado recuperarse del 1% al 3% por década, y puede alcanzar una mejoría de caso el 100% para el año 2060 si se aplican las normativas necesarias a la industria.

Cada cuatro años se realiza un informe sobre la capa de ozono en el que participa la NASA, la Organización Meteorológica Mundial, la sección Medio Ambiente de las Naciones Unidas, la Comisión Europea y la NOAA; y el último informe registra una mejora comparado a los que se vienen haciendo desde el año 2000 gracias al Protocolo Montreal.

El Protocolo Montreal es un tratado, ratificado en 1987, que tiene el fin de suspender el uso de las sustancias que agotan la capa de ozono, con el que 197 países se han comprometido. “La cuidadosa combinación de ciencia autorizada y acción colaborativa que ha definido el Protocolo por más de 30 años y que se estableció para sanar nuestra capa de ozono es precisamente la razón por la cual la Enmienda Kigali es tan prometedora para la acción climática en el futuro”, aclara el Jefe de Medio Ambiente de la ONU, Erik Solheim.

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