Tras la semana donde miembros de la Conferencia Episcopal declararon ante la Fiscalía Regional de O’Higgins, el persecutor Emiliano Arias señaló que el énfasis de la investigación está en los casos que no han prescrito y destacó que después se verían eventuales encubrimientos.
Durante la semana, fueron citados administradores apostólicos en las diocesis de Talca y Rancagua, Galo Fernández, y Fernando Ramos respectivamente; pero también al arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, y al obispo de Arica, Moises Atisha.
Este último es una de los que destaca el fiscal Arias por no colaborar. “Los obispos que han sido citados como imputados en general han prestado declaración y han respondido a las preguntas que se le realicen, con dos excepciones: (Ricardo) Ezzati y (Moisés) Atisha”.
Consultado por las declaraciones del sacerdote Tito Rivera, Arias aseguró que su testimonio no es relevante para la investigación “por ser temas internos de la Iglesia, pero sí podría considerarse el reconocerse en el lugar de los hechos y conocer al denunciante”.