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El fiscal Campos le preguntó si es que dimensionaba que el fraude llegaba a los $20 mil millones. El ex uniformado solo respondió “nunca lo dimensioné, nunca”.

El general en retiro de Carabineros, Flavio Echeverría, reconoció que había faltado a la verdad en su primer testimonio por los casos de fraude al interior de la institución y que son investigados por el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, quien ha liderado los interrogatorios al ex jefe de la Dirección de Finanzas.

“Efectivamente, reconozco que el 20 de enero declaré ante el fiscal, pero omití información que ahora quiero aportar”, exclamó según declaraciones consignadas por T13.

Echeverría dio detalles del proceso de “salidas informales de fondos” y contó cómo comenzó a recibir recursos en 2008, invitado por el coronel Arlondo Riveros, quien “me dijo que había unos depósitos para mis gastos personales. Esos dineros que fueron por alrededor de $30 millones, los invertí y los gasté. En ese año yo tenía como remuneración líquida alrededor de $ 2.300.000″, aseguró y agregó que nunca le contó a nadie de estas irregularidades, a la vez que confesó que se quedó con todos los montos que le fueron depositados.

“Con ese depósito, ellos pagaron mi silencio, ya que ellos sabían que el año siguiente yo me iba a Contraloría. Yo cuando controlaba tenía la fama de ser ‘pesado’ y detallista, pero ahora para el proceso informal pasaba a ser ‘un aliado’”, señaló Echeverría.

El general (r) llegó a su nuevo trabajo en 2009 donde, según su versión, los depósitos comenzaron a crecer y llegaron a los $60 millones en entregas parceladas de $20 millones.

“En cuanto a un déficit, sinceramente no sé cómo se maquillaba, el presupuesto era flexible, por lo que si faltaba se pedía, este era una bolsa, se reasignaban recursos de otras partes”, indicó respecto del modus operandi que tenían para continuar con el fraude.

A finales de 2011, el jefe del Departamento es ascendido a General y confiesa que, tras cuatro años de recibir dineros de forma irregular, decide retirarse del grupo defraudador. De hecho, durante 2012 recibió algunos depósitos por $6 millones con lo que completó el monto de $420 millones por el que es investigado actualmente.

“Durante el año 2011 y 2012, en mi calidad de jefe de Tesorería y Remuneraciones tomé la determinación de cortar con estos procesos anormales, pero nunca denuncié, ya que formaba parte de la misma y dispuse del traslado del personal que trabajaba en ella”, agrega el imputado en su declaración.

Con todo, los dineros obtenidos de forma ilegal por Ávila, Estrada y Collao comenzaron a ser reintegrados a la institución en un proceso que se extendió hasta 2016 y que hizo posible la recaudación de $540 millones. Pero, el general (r) advierte que “estas devoluciones no se efectuaron de acuerdo al acto administrativo”, por lo que supuso que “el proceso anormal seguía funcionando”.

En la segunda conversación con Echeverría, el fiscal Campos le preguntó si es que dimensionaba que el fraude llegaba a los $20 mil millones. El ex uniformado solo respondió “nunca lo dimensioné, nunca”.

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