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¿Y si Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, emblemas respectivos de Nike y Adidas, tuvieran serios competidores en el reino de las marcas deportivas? Como ocurre con las cantantes Rihanna (Puma) y Ariana Grande (Reebok), las grandes firmas del sector recurren a menudo a artistas e ‘influencers’ para promocionar sus productos.

Si Adidas reuniera a todos sus ’embajadores’ en una cena de “creadores”, en la mesa estarían estrellas del deporte como el exfutbolista David Beckham o el jugador de básquet James Harden, pero también cantantes como Pharell Williams, modelos como Karlie Kloss o incluso diseñadores de moda como Alexander Wang, formando un grupo muy heterogéneo.

¿Por qué recurrir a teóricos ‘intrusos’ para la publicidad de las marcas deportivas? Básicamente porque “la ropa de deporte se utiliza por los jóvenes como ropa de moda” y por ello contar con artistas es “una oportunidad excelente para que las marcas amplíen un poco su público objetivo y su universo”, explica a la AFP Jean-Philippe Danglade, autor de “El marketing de los famosos”.

Desde el grupo de hip-hop Run DMC, que “abrió la caja de Pandora” en 1986 con su célebre canción “My Adidas”, podemos asistir a “una auténtica batalla” para hacerse con los servicios de “grandes estrellas”, cuenta Danglade. Hasta el punto de ver cómo hay “traspasos” de una marca deportiva a otra, como el rapero Kendrick Lamar, que pasó recientemente de Reebok a Nike.

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