AFP PHOTO / Vincenzo PINTO
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El pequeño le consultó si su papá podía llegar al cielo, pese a que no creía en Dios. 

El Papa Francisco se encontraba en una visita a la parroquia de San Pablo de la Cruz, en el barrio de Corviale en Roma y durante la ceremonia, Emmanuel, un niño de 10 años, se le acercó para hacerle una pregunta.

Sin embargo, cuando el menor estaba en el podio frente a los micrófonos no pudo hablar y se puso a llorar, por lo que se tuvo que acercar al pontífice para hacerle la consulta.

El niño entre lágrimas le dijo al Papa que su padre, que era ateo, había fallecido y si por esa razón iba a llegar al cielo. El hecho emocionó al Francisco y le preguntó si podía decirle a voz abierta la duda.

“Ojalá todos nosotros pudiésemos llorar como Emmanuel cuando tenemos un dolor como tiene él en el corazón. Él lloraba por el papá. Ha tenido el coraje de hacerlo delante de nosotros”, comentó el Pontífice.

Luego agregó que es “bonito que un hijo diga que su papá era bueno. Un bonito testimonio de aquel hombre para que sus hijos puedan decir de él que era un hombre bueno. Si ese hombre ha sido capaz de tener hijos así, es verdad que era un gran hombre”.

El Papa apuntó que el padre de Emmanuel no estaba bautizado, pero sus hijos sí son católica. Luego hizo una pregunta abierta a los asistentes “¿Dios abandona a sus hijos cuando son buenos?”, a lo que respondieron con un rotundo no.

“Bueno, Emmanuel, esta es la respuesta. Dios seguramente estaba orgulloso de tu papá, porque es más fácil que, siendo creyente, se bautice a los hijos que, siendo no creyente, bautizarlos. Y seguramente esto a Dios le ha gustado mucho. Habla con tu papá, reza a tu papá. Gracias, Emmanuel, por tu valentía”, sentenció Francisco.

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