EITAN ABRAMOVICH / AFP
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El tradicional barrio de La Boca, donde se levanta el mítico estadio La Bombonera, se muestra ansioso y expectante ante la final de la Copa Libertadores que disputará el sábado Boca Juniors con su archirrival River Plate, un superclásico nunca antes visto en la historia.

Por las calles aledañas al estadio, muchas con casas y tiendas pintadas de azul y amarillo, los colores de Boca Juniors, deambulan los turistas que se encontraron con la ingrata sorpresa de que La Bombonera y su museo están cerrados por medidas de seguridad.

“Queríamos conocer el estadio y también aprovechar para conseguir una entrada para el partido, pero cobran demasiado caro”, comentó Raúl Suárez, un turista boliviano al que acompañan dos amigos.

“Ahora nos sacamos una foto aquí en la puerta de La Bombonera y hacemos creer a nuestros amigos en Bolivia que es mañana”, bromea al referir que revendedores le ofrecieron un boleto por 1.500 dólares.

El club Boca Juniors vendió las entradas para el superclásico del sábado en precios que oscilan entre 1.300 y 2.700 pesos (de 35 a 73 dólares). Los boletos, que únicamente se podían adquirir por Internet, se agotaron en pocos minutos.

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