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Llegó solo desde Guayaquil en 1993 y hoy es el dueño de Bagno, empresa líder en el mercado de importación de plátanos y otras frutas en Chile. ¿Su secreto? Nunca rendirse a pesar de los obstáculos que aparecen en el camino.

Emprender es un desafío que requiere de visión, pasión y perseverancia. Pero, ¿qué sucede cuando el emprendimiento crece y se convierte en una empresa exitosa? ¿Cómo se enfrentan los nuevos retos y oportunidades que surgen en el camino?

La historia de emprendimiento de Gabriel Massuh Isaías es un claro ejemplo de cómo la determinación y la visión pueden impulsar un negocio más allá de las expectativas, y más aún, más allá de las fronteras nacionales.

Nacido en Guayaquil, Ecuador, Gabriel siguió el ejemplo de su familia, dedicada al negocio del arroz, optando por estudiar Agronomía en Cornell University, Nueva York. Sin embargo, más adelante descubrió que su verdadera pasión estaba en el mundo de los negocios, por lo que cursó la carrera de Negocios en la Universidad Internacional de Florida.

Fue en Estados Unidos donde Gabriel forjó su carácter distintivo, caracterizado por el rigor, el orden y la disciplina: “Creo que el tiempo que pasé allí me brindó las herramientas necesarias para poder dirigir un negocio de alto impacto. Aprendí a planificar, a tomar decisiones, a liderar equipos y a resolver problemas. Pero también aprendí a soñar en grande, a no conformarme con lo establecido y a buscar siempre la excelencia”, comenta.

Actualmente, Gabriel es líder de Bagno, una empresa importadora de plátanos y otras frutas tropicales, cuya central de operaciones se encuentra en Chile, país es donde ese tipo de frutos no se puede cultivar.

Por más de 20 años, Bagno ha liderado este mercado, aunque sus inicios fueron como los de todo emprendimiento.

Desde Ecuador a Chile: El Nacimiento de Bagno

1993 fue el año decisivo para Gabriel. Con tan solo 23 años, dejó su natal Ecuador y se trasladó solo a Chile, un país con un paisaje completamente distinto: “Yo pensé que uno podía emprender a cualquier edad, pero me encontré con varias dificultades”, reflexiona Massuh.

Y vaya que lo hizo. A pesar de fundar Bagno, una empresa que con el paso de las décadas se ha consolidado como líder en su rubro, no estuvo exento de problemas.

Al recordar esa etapa, sostiene: “Al llegar a Chile, tuve que adaptarme a una nueva cultura, a nuevos consumidores y a un mercado diferente al que conocía. No obstante, mi edad fue uno de los principales obstáculos que tuve que enfrentar, ya que bancos, proveedores y clientes no confiaban 100% en mí porque decían que era muy joven”.

Pero su educación y experiencia previa le proporcionaron las herramientas necesarias para identificar oportunidades y capitalizarlas. Además, comenta que la energía y perseverancia que tuvo en su juventud, le ayudaron a salir adelante: “En esa edad, me movía con un vigor que quizás hoy, después de tantos años, no poseo de la misma manera. Pero es esa energía y esa pasión por el emprendimiento la que me llevó a crear Bagno y a enfrentar todos los retos que vinieron con ello.”

A día de hoy, Bagno cuenta con sucursales en importantes ciudades como Santiago, Concepción, Osorno y Punta Arenas. Su cuerpo de trabajo cuenta con más de 200 personas y mantiene relaciones comerciales con más de 200 proveedores.

Su amplio espectro de proveedores le ha permitido no solo dedicarse a la importación de plátanos, sino también, paltas, naranjas, limones, mandarinas, piñas, mangos, tomates, ajos, sandías, melones, uvas y manzanas.

El legado de Gabriel Massuh: Más que Importación

Bagno ha evolucionado más allá de ser simplemente una empresa de importación. Con una moderna infraestructura y sucursales en todo Chile, la empresa no solo suministra a supermercados y restaurantes, sino también a clientes del canal tradicional: “Nuestro compromiso va más allá de simplemente distribuir frutas. Es un compromiso con la calidad, con la excelencia y, sobre todo, con el impacto social empresarial”, afirma Gabriel.

Reflexionando sobre su viaje inicial a Chile, Massuh observa: “Yo pensé que uno podía emprender a cualquier edad. Aunque ahora no tengo las mismas energías que tenía hace 20 años, sigo creyendo en esa filosofía”. Y su historia es una clara indicación de ello.

En la misma línea, Gabriel cree que una de las enseñanzas que ha dejado su historia con Bagno tiene directa relación con las ganas de emprender, especialmente la de los jóvenes, quienes pueden enfrentar más dificultades que las personas mayores al intentarlo.

La juventud, aunque a veces vista como una desventaja en el mundo empresarial, tiene el vigor, la pasión y la energía que son cruciales para el éxito. Dirigiéndose específicamente a los jóvenes emprendedores, Gabriel enumeró sus cinco consejos esenciales:

  1. Persevera. A pesar de los desafíos, sigue adelante con determinación.
  2. Ama lo que haces. La pasión por tu negocio te mantendrá motivado.
  3. Despierta cada día con entusiasmo. Las ganas de hacer las cosas son vitales.
  4. No te rindas ante el primer obstáculo. Aprende de tus errores y sigue adelante.
  5. Aprende constantemente. Rodéate de personas que te enriquezcan y cree firmemente en ti mismo.

Bagno, bajo la dirección de Massuh Isaías, ahora con nacionalidad chilena, se ha convertido en un referente en su sector. Y mientras mira hacia el futuro, Massuh insiste en la importancia de adaptarse, aprender y mantenerse fiel a los principios centrales del negocio. ““El mercado frutícola ha cambiado mucho en las últimas décadas. Hay más competencia, más exigencia, más regulación. Por eso, he tenido que adaptarme, aprender y renovarme constantemente. Lo que hacía hace 20 años no es lo que hago ahora. Ahora tengo que estar atento a las tendencias, a las oportunidades, a las necesidades de los consumidores. Pero hay algo que nunca ha cambiado: la esencia de Bagno, el compromiso con la calidad y la visión de ofrecer frutas de clase mundial a Chile y al mundo”, concluye.

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