cambio de horario
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Año a año se debate respecto a mantener el huso horario debido a los riesgos y complicaciones que puede tener para la salud, esta práctica regularizada por el Estado.

Es común entre quienes trabajan o estudian, seguir una rutina de lunes a viernes que implica respetar ciertas horas de sueño para funcionar con efectividad.

Pero muchas veces el orden se pierde cuando llegan los días libres y, con ellos, los compromisos nocturnos que obligan a cambiar de horario.

Ante esta situación, el Dr. Enzo Rivera, neurólogo y experto en sueño de Clínica Ciudad del Mar, entregó detalles respecto a estas modificaciones.

“Las personas que tienen el jet lag social, especialmente los jóvenes, se empiezan a acostar y a levantar más tarde los fines de semana”, señaló el especialista.

Acostarse y levantarse más tarde los fines de semana, en comparación con los días laborales o académicos, tiene nombre y consecuencia.

Se trata del jet lag social, una condición que, según el académico, puede llegar a causar hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y/o metabólicas.

“Se presentan mucha dificultad para acostumbrarse a volver al horario de los días laborales, especialmente los lunes”.

La interrupción de los patrones de sueño puede confundir al reloj del cuerpo, es decir, al ritmo circadiano, que regula el metabolismo.

Por ejemplo, si una persona duerme durante la semana desde las 23:00 hasta las 7:00 de la mañana, el punto medio de sueño es a las 3 de la madrugada.

Si el fin de semana la persona duerme de 1:00 a 11:00 h, el punto medio sería a las 6 de la mañana. Por lo tanto, su jet lag social sería de 3 horas.

Esta diferencia puede traer diversas consecuencias en el tiempo.

El horario irregular de sueño puede producir somnolencia diurna, cambios de humor, irritabilidad, afectar la capacidad de concentración y aumentar el riesgo de accidentes, entre otras dificultades.

“Esto no es sano”, dice el Dr. Rivera respecto al cambio de horario

“Diversos estudios de universidades europeas han determinado que los efectos del jet lag social tienen que ver con un estrés cardiovascular intermitente”, señala Rivera.

“Esto provoca aumento de riesgo de hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y alteraciones metabólicas, así como una mayor propensión a la obesidad”. 

¿Cómo prevenir este problema?

Minimizar dichos efectos comienza por mantener un horario de sueño regular, que coincida lo más posible con el reloj biológico interno. Así, los especialistas recomiendan:

  • Mantener una adecuada higiene del sueño.
  • Exponerse a la luz natural durante el día y evitar la luz brillante, especialmente de pantallas durante la noche.
  • Evitar la cafeína y otros estimulantes antes de acostarse.
  • Dormir entre 7 y 9 horas diarias.
  • Evitar siestas largas.
  • Hacer ejercicio regularmente, idealmente en las mañanas.

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