Parecía que iba a ser otra derrota. La undécima consecutiva en casa para el Atlético Goianiense. Y es que enfrentaban al Atlético Mineiro por una nueva fecha del Brasileirao. El cuadro de Eduardo Vargas -que no jugó por lesión- es el líder absoluto y llevaba 18 partidos invictos e iba por el siguiente, sin embargo… No ocurrió.
Atlético Goianiense contra todo pronóstico le dio vuelta el partido al Galo y le terminó quitando una de las mejores rechas de partidos invictos. Pero esto no fue solo futbolístico, puesto que antes de que iniciara el duelo parte del cuerpo técnico del Dragão recurrió a una particular acción.
Y es que mientras los equipos hacían el calentamiento inicial, uno de los auxiliares colocó sal gruesa en uno de los arcos del estadio Antonio Accioly. La misma portería donde el Goianiense marcó los dos goles que le permitieron dar vuelta el partido y quitarle el invicto al Mineiro.
De esta forma, y con superstición y todo, el Goianiense le quitó el invicto de 18 partidos al Mineiro, que iba en busca de su mejor racha, la cual consiguió en 1977, cuando logró 21 partidos sin conocer de derrotas.