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tranque-coquimboAgricultores y expertos anticipan riego para cuatro años más y mejores cultivos, con hortalizas y uvas más grandes, gracias a estado de tranques.

“Hay falta de forraje, pero son una verdadera bendición estas lluvias, porque nos costaba mantener nuestro ganado y cultivos”. Más allá de los trastornos ocasionados en lo inmediato, el presidente de los crianceros del Choapa, Héctor Báez, se muestra agradecido por el efecto que las fuertes precipitaciones de la semana pasada traerán al Norte Chico, castigado desde hace una década por una dura sequía.

El campesino aún recuerda los sufrimientos causados por la falta de lluvias, marcada por abortos espontáneos del ganado caprino y cultivos secos. Como él, expertos y dirigentes gremiales están optimistas, pues los embalses son la mejora visible de la recarga del sistema hídrico loca, consigna “El Mercurio”.
Si en mayo de 2015 los ocho tranques repartidos por la IV Región tenían apenas un 3,8% de los 1.318 millones de m3 capaces de almacenar, hoy la cifra se eleva al 69%, la más alta en 11 años. Como no ocurría desde 2006, hay agua para irrigar cuatro temporadas seguidas, con reservas de nieve en la alta cordillera que volverán a abastecer los tranques con los deshielos en noviembre, sin contar las eventuales precipitaciones que devengan estos meses de invierno.
El académico de la Universidad de La Serena y director del laboratorio Prommra, Pablo Álvarez, prevé dos consecuencias positivas. En primer lugar, las lluvias contribuyeron a saturar los suelos, al remover las sales acumuladas durante los años de sequía, lo que mejorará la calidad de las aguas que escurren a los campos. Por otra parte, el agua caída evitará usar el agua de los embalses para riego. “Esto permite que se rellenen los acuíferos y que se recarguen las napas freáticas”, precisa.
El efecto de estas dos condiciones, asegura, será la mejora del calibre (tamaño) de los productos, principalmente hortalizas y uvas.
Para el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ricardo Ariztía, “hay que celebrar lo que se ve en el embalse Lautaro, que prácticamente está al 100% de su capacidad, lo cual da seguridad de riego no menor a cuatro años, dependiendo del nivel de nieve que tengamos en la cordillera, y los deshielos van a contribuir a mantener los embalses en su capacidad máxima un tiempo importante”.
El presidente de la Exportadora Subsole, Miguel Allamand, define la situación como de “dulce y agraz”. Destaca el alto nivel de los tranques y su efecto para el sector agrícola de la Región de Atacama, ya que el riego está asegurado por varios años. Pero comenta que hay packings inundados y daños en parronales en Copiapó. “Son pérdidas que se suman a las de hace un par de años y a una temporada temprana difícil”, sostuvo.
Lo mismo opina el presidente de la Confederación de Canalistas de Chile, Fernando Peralta, quien subrayó el alto nivel de agua de los embalses Santa Juana y Puclaro, lo que permitirá reserva de agua suficiente.
Fuente: EMOL

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