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El agro es la principal actividad económica de la zona, la que, además, tiene la mayor tasa de ruralidad y los segundos indicadores de pobreza más altos del país, luego de La Araucanía.

A unos 45 días de comenzar la cosecha de arándanos, los socios de Alfaberries trabajan contra el tiempo para concluir las obras del packing que construyen en el acceso norte a Chillán, en la nueva Región de Ñuble.

Es la novena temporada en la que los productores chillanejos Edgardo Dietz, Jaime Lama, Guillermo Parr, Adriano Sepúlveda y Sebastián Sepúlveda exportarán directo sus berries, en un camino que partió con medio contenedor enviado a EE.UU. y una asociación a través de un Programa de Fomento (Profo) apoyado por Corfo, y que en la campaña 2018-2019 sumará alrededor de 1,8 millones de kilos de arándanos para viajar también a Europa, China, Dubai y algunos países de Latinoamérica.

Reconocen que, como agricultores medianos, para los que hubiese sido difícil exportar los arándanos en forma independiente, asociarse ha sido clave, como también ir avanzando paso a paso.

“Para esta temporada contratamos un gerente general, porque hasta ahora lo manejábamos entre los socios, pero para crecer necesitamos una estructura más ordenada y profesionalizada”, explica Edgardo Dietz, y detalla que la nueva planta -con una inversión de US$ 3 millones- les permitirá procesar hasta tres millones de kilos de arándanos, con nuevas tecnologías enfriarán la fruta en solo dos horas.

El crecimiento de Alfaberries es visto con buenos ojos en Ñuble. Distintos productores y gremios agrícolas lo destacan como uno de los ejemplos exitosos de asociatividad entre agricultores medianos y consideran que es un modelo que debería replicarse y ser impulsado con las herramientas que traerá la nueva región, donde el agro es, por lejos, la principal actividad económica.

De hecho, desde el gobierno regional adelantan que entre las iniciativas que traerá el Plan Ñuble, que darán a conocer a fines de septiembre, el agro es un área que cruza todos los temas, donde la asociatividad, la reconversión a rubros más rentables o que demanden más mano de obra y agregar valor a los productos locales serán los focos principales.

“Una de las bajadas del plan es netamente agrícola y va en el fomento a la transformación de cultivos, hacia otros con mayor valor agregado, a la fruticultura o a integrarnos hacia delante en alguna cadena de valor, con apoyo al crédito, algún grado de subsidio en temas como el riego, con medidas específicas para la Región”, adelanta el intendente Martín Arrau.

También aclara que se deben controlar las expectativas y que, aunque hay medidas que comenzarán a operar el próximo año, buena parte de ellas son a mediano plazo, a un horizonte de tres o cuatro años, por lo que los resultados no serán inmediatos.

“Estoy convencido de que, de aquí a un par de años, Ñuble va a estar con otros indicadores o al menos quebrando las tendencias, y eso es lo que nos interesa, que haya un punto de inflexión”, resalta.

Reconvertirse y agregar valor

El presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Álvaro Gatica, sabe que promover la reconversión desde cultivos anuales a frutales no es fácil, ya que desde hace varios años comenzó a cambiar sus propios cultivos, como la remolacha, a arándanos, cerezos y avellanos europeos. Hoy exporta directamente buena parte de su producción.

Sin embargo, considera que es el camino que deben seguir los productores de la zona para mejorar en resultados económicos, apoyando su coexistencia con cereales, tubérculos y otros productos que también dan seguridad alimentaria al país.

“Además de financiamiento, la reconversión requiere de estudios, y creemos que el INIA debe orientarse a hacerlo, porque hasta ahora no aporta nada a los agricultores de la zona… Les mandan a hacer proyectos privados, por parte de empresas grandes, pero nada para los productores medianos y pequeños. Creemos que ellos pueden ser un apoyo al decirnos qué zonas sirven para qué especies y mercados”, plantea.

Los socios de Alfaberries coinciden con la falta de apoyo desde el sector público en proyectos para agregar valor o diversificarse, ya que en el caso de ellos están investigando cómo desarrollar productos más elaborados a partir de arándanos y, si bien están avanzando, se han visto limitados por el costo que implica, en dinero y tiempo.

“Hemos tenido investigación y desarrollo, hablando de cápsulas, arándanos deshidratados y otros proyectos, y estamos desarrollando estudios, pero nos sentimos muy solos. Hemos tenido el apoyo de Corfo, pero innovar es caro, porque tiene riesgos y costos”, explica Jaime Lama.

Edgardo Dietz agrega que con la nueva región esperan conseguir un mayor apoyo para el desarrollo de ese tipo de productos, además de un mayor acercamiento de las entidades que ayudan a encontrar nuevas alternativas.

Desde la Intendencia, Martín Arrau afirma que a partir de 2019 la nueva región contará con fondos públicos para destinar a la investigación y que para determinar con qué prioridades se asignarán ya están conformando una mesa público-privada.

“Nos queremos enfocar en una innovación aplicada al menos en esta primera etapa de la región, y estamos tratando de crear un centro de márketing para desarrollar productos”, detalla.

Más seguridad de riego

Al inaugurar la región, uno de los anuncios que realizó el Presidente Sebastián Piñera fue la construcción del embalse Punilla, cuyas obras deberían comenzar a ejecutarse el próximo año, con una inversión en torno a US$ 500 millones y la capacidad de almacenar 600 millones de metros cúbicos de agua, que darán seguridad de riego a unas 70 mil hectáreas.

Si bien es la mayor obra en materia hídrica para la zona, no es el único proyecto que demandan los agricultores, y consideran que la puesta en marcha de la región puede ser un elemento a favor.

Otro de ellos es el embalse Zapallar, en el río Diguillín, que almacenaría unos 80 millones de metros cúbicos y permitiría regar 10 mil hectáreas que actualmente son de secano en la precordillera de Ñuble, en las comunas de El Carmen y San Ignacio, que están entre las más pobres del país según la última encuesta Casen.

El director de la junta de vigilancia del río Diguillín y juez de aguas Francisco Saldías, explica que si bien el proyecto estaba dormido desde 2001, el actual gobierno volvió a darle prioridad, y actualmente se está terminando un estudio de ingeniería, para luego llamar a licitación para la evaluación de impacto ambiental.

“Superando esos temas, en el ministro de Obras Públicas nos han dicho que se podría empezar a construir, porque está priorizado”, afirma.

Francisco Saldías también propone que uno de los planes que se deberían potenciar con la nueva región es el desarrollo de una política regional hídrica, que dé garantías de la disponibilidad del recurso, ya que es un elemento clave para impulsar nuevas inversiones agrícolas en la zona.

“No solo necesitamos los grandes embalses, como Punilla, Zapallar y Esperanza, sino que también realizar recargas de acuíferos, reparación de canales y obras de riego, porque ya tenemos la tierra y el clima, y si contamos con seguridad hídrica, va a ser atractivo para todo el desarrollo agrícola”, plantea el juez de aguas.

Herramientas específicas para viñateros

De los cerca de 15 mil usuarios de Indap en la Región de Ñuble, unos seis mil son pequeños productores de uva vinífera, la mayoría de ellos concentrados en el secano costero, en el Valle del Itata.

Si bien durante los últimos años han recibido apoyo a través del Programa de Zonas de Rezago -que pasó a llamarse Programa Zona de Oportunidades de Itata-, la presidenta de la Coalición Nacional de Viñateros, Yenny Llanos, afirma que, en general, el 50% de los recursos que se destinan anualmente al fomento productivo del sector vitivinícola en la región, considerando a todo Biobío, son para asesorías, y no inversiones directas hacia los productores.

Además, asegura que de los 9.105 productores de uva vinífera de Ñuble y Biobío -de los cuales la mayor parte se concentra en la nueva región- solo 1.274 estarían cubiertos por programas de Indap, Prodesal y alianzas productivas.

El intendente Martín Arrau dice que lo que viene con la nueva región es segmentar a los productores en distintas categorías y entregarles herramientas específicas según sus necesidades.

“En Itata hay viñateros grandes, que exportan vinos de altísima calidad, hay un segmento intermedio y productores más pequeños, que necesitan otro tipo de planes. Los primeros, tal vez, necesitan más ayuda de FIA o ProChile, y el último segmento será más del índole de Indap o Fosis, y cada herramienta tenemos que usarla en el segmento adecuado”, explica.

Más allá del caso puntual de los viñateros, Arrau plantea que la mirada global que tendrán sobre la nueva región es sobre cómo renovar rápidamente la matriz productiva de la zona, siguiendo el ejemplo de países y regiones que han sido exitosos.

“Estamos pegados en una matriz productiva tradicional y tenemos que cambiarla, aunque el cambio es lento porque hay problemas de acceso a capital y de conocimientos, y porque se debe innovar con mucha visión y cuidado… Para eso estamos trabajando en una estrategia de desarrollo regional con la Universidad Austral, e iniciamos un trabajo en paralelo con el Banco Mundial. Esperamos que nos den luces sobre rubros nuevos o cadenas de valor a las que nos podríamos integrar”, proyecta.

24% de caminos pavimentados tiene la Región de Ñuble.

Fuente: Revista del Campo

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