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AdaptaClim es el nombre del proyecto que está realizando una misión clave para un futuro sustentable en la Región de Coquimbo: levantar los indicadores de riesgo y vulnerabilidad climática, que serán la base para establecer las prioridades del futuro Plan de Acción Regional de Cambio Climático (PARCC).

Considerando las amenazas climáticas a las que está expuesta la región, el trabajo encabezado por CEAZA y realizado en conjunto con el CORECC (Comité Regional de Cambio Climático) es fundamental para la adaptación en cuatro grandes sectores: Zona Costera, Biodiversidad, Agua y Suelo, y Ciudad e Infraestructura.

“El objetivo principal de AdaptaClim es aportar datos científicos al diagnóstico del Cambio Climático en la Región de Coquimbo”, señala la Dra. Laura Ramajo, científica del CEAZA a cargo de la iniciativa, quien explica que el proyecto busca complementar la información nacional recogida por el ARClim (Atlas de Riesgo Climático) del Ministerio de Medio Ambiente, con estimaciones de riesgo y vulnerabilidad propias de la zona, como -por ejemplo- los que afectan a la acuicultura del ostión y a la producción pisquera.

En el caso del ostión, la Dra. Laura Ramajo sostiene que “está en peligro porque las condiciones de la bahía se están volviendo inestables debido al aumento de vientos y de la surgencia, que es el ascenso de masas de aguas profundas hacia la superficie. La intensidad de la surgencia tiene un rango óptimo, y cuando esta es muy fuerte, impacta fisiológicamente a los organismos”.

El déficit de precipitaciones en la Región de Coquimbo, que en 2021 superó el 80% (según datos de CEAZA-Met), impacta a toda la actividad agrícola, teniendo a la producción pisquera entre los sectores afectados. “Para la elaboración del pisco se utiliza principalmente uva de cosecha tardía, por lo que requiere más riego que otros cultivos”, comenta la científica de CEAZA.

El riesgo en el turismo de playas es otra prioridad de este estudio. Las amenazas para este sector estarían en el aumento de las marejadas, la nubosidad costera e incluso la mayor presencia de especies como las medusas y la fragata portuguesa, que ha obligado al cierre temporal de algunas playas durante este verano.

Región vulnerable al Cambio Climático

“Esta es una región muy vulnerable ante el cambio climático a nivel país y continental, por lo que es necesario priorizar los ámbitos de acción. La agricultura, la pesca y el turismo son actividades donde hay una urgencia de tomar medidas para su adaptación”, enfatiza Pilar Pérez, profesional de la Seremi del Medio Ambiente y secretaria técnica del CORECC.

Según Pilar Pérez, “como Comité Regional de Cambio Climático, no podemos priorizar acciones proyectadas al 2030 y 2050, si no tenemos los datos científicos y los indicadores que nos permitan conocer la magnitud de los riesgos y amenazas”.

El desafío para el CORECC, como institucionalidad climática regional, es enorme: “Estamos ubicados en una zona que hoy es principalmente desértica, con una baja productividad de suelo y una alta demanda de agua en zonas costeras urbanas. Eso significa que actividades agropecuarias, pesqueras y mineras pueden tener, y de hecho están teniendo, grandes impactos, si es que no se desarrolla una estrategia para su adaptación o para derechamente hacer cambios en la matriz productiva a nivel local”, concluye la secretaria técnica.

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