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Para cumplir labores más formales de control de plagas, antes se debe tomar un curso de aplicación de productos químicos.

La mosca de la fruta (ceratitis capitata), un insecto café y amarillo más pequeño que la mosca común, es una plaga en extremo dañina: pone sus huevos en las frutas y sus larvas se alimentan de la pulpa, lo que provoca la pudrición de los alimentos con el consiguiente daño económico, especialmente para las exportaciones. Eso explica los esfuerzos por evitar su propagación en el territorio nacional, algo complicado tomando en cuenta que no está erradicada en los países vecinos. De hecho, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) mantiene más de 15.000 trampas específicas para esta especie y cuando se detectan ejemplares se realiza un operativo. Precisamente en eso está ahora la institución.

Un aviso publicado en el portal empleospublicos. cl (https://bit.ly/36sbbOb) indica que buscan personal para reforzar el trabajo por la presencia de focos de moscas en las comunas de Renca, Cerro Navia, Conchalí y Pudahuel, entre otras. El empleo es a honorarios, de lunes a sábado, y se paga $630.000 brutos más hora adicional, detalla el aviso. ‘Hacemos una convocatoria a egresados de enseñanza media o técnicos del área agrícola o con conocimientos en ese sector, para que realicen labores de erradicación de la plaga mosca de la fruta, tales como muestreo y descarga de frutales, aplicación de tratamiento en árboles frutales y suelo, e instalación y revisiones de trampas de monitoreo’, detalla Rebeca Castillo, directora regional (s) del SAG Región Metropolitana.

-¿Cuánto dura el trabajo?

-El plazo es relativo, pues dependerá de lo que dure la campaña. Hemos tenido campañas que han durado tres meses, como otras seis meses de labores, por ejemplo.

-¿Requisitos?

-Están publicados en el portal. Algunos de ellos son licencia enseñanza media o título técnico; conocimiento en temáticas del sector agrícola; ser mayor de 18 años y tener licencia de conducir clase B vigente.

-¿Cuántos puestos ofrecen?

-100 cupos. La cifra puede aumentar de acuerdo a cómo avance el control de la plaga.

Cómo se forman los aplicadores

Luis Pizarro lleva 25 años trabajando en el rubro. Es dueño de una empresa (Fulpy.cl) y presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Control de Plagas (Achicpla.cl, https://bit.ly/3On0kWS), que agrupa a cerca de 60 firmas. Según dice, la pelea contra las plagas viene de tiempos bíblicos. ‘Partió con una hoja de palma que repelía las moscas, salió la chancleta, después el matamoscas y así se ha ido perfeccionando hasta la actualidad’, sostiene.

En Chile se rigen por el decreto 157 del Ministerio de Salud, que regula la aplicación de productos químicos para eliminar desde roedores a moscas, pasando por chinches, zancudos y baratas. Todo eso en hospitales, colegios, empresas y domicilios privados. ‘El 157 nos obliga a tener un representante legal de la empresa, que tiene que ser un agrónomo, un técnico agrícola, un biólogo u otro especialista’, asegura el empresario. Los aplicadores son los que uno ve con el tanque a la espalda y el pulverizador en la mano. ‘Hay que hacer una capacitación, que se realiza en Achicpla.

Durante siete días se les enseña para aplicar productos según la normativa’, comenta. Aunque piden cuarto medio o título técnico, no cualquier persona puede tomar el curso, aclara, sino que las empresas mandan a su propio personal para capacitarlo. Esto, explica, por la proliferación de fumigadores sin conocimientos. ‘No es llegar y aplicar productos a tontas y a locas, porque las plagas se vuelven resistentes o se eliminan especies que son amigables con el medio ambiente, como la abeja, la chinita o la hormiga’. Los aplicadores trabajan contratados por la empresa, explica Pizarro. ‘Se le paga mensual, puede estar entre $450.000 a $700.000’, asegura.

Fuente: LUN

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