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Según el sector, la superficie para cosechar podría disminuir de 214 mil a 152 mil hectáreas. Esto afectaría principalmente a los cereales y granos, que constituyen el 80% de toda la producción nacional.

En agosto concluirá el proceso de siembras en La Araucanía, región que en la temporada pasada logró cosechar 214 mil hectáreas, mil más que en la anterior. El aumento de las usurpaciones, marcajes y embanderamientos de predios por parte de comunidades radicalizadas que pretenden ocupar esos terrenos, sin embargo, ha llevado a que los gremios agrícolas estimen para este año una caída de un 20% en la superficie sembrada, tanto como efecto de las acciones de violencia como por el mayor costo de los insumos utilizados en las plantaciones. Eso equivaldría a la salida del circuito productivo de alrededor de 62 mil.

A este escenario se sumaron, durante el fin de semana, atentados incendiarios contra predios que están fuera del área resguardada por el estado de excepción ‘acotado’ que dispuso el Gobierno: el campo Santa Rosa 2, en Vilcún, propiedad de la familia Sánchez Luchsinger, y el fundo Nilpe, en la ruta Galvarino-Cholchol, donde el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil, desarrolla inversiones frutícolas orientadas a la exportación de cerezas.

‘No es un buen momento para la actividad’

Dirigentes agrícolas de La Araucanía aseguran que extender el estado de emergencia a toda la región podría aumentar la decisión de siembra de parte de productores que no ven estímulos para invertir, pero sí riesgos de perder su esfuerzo.

El presidente de la Asociación de Agricultores de Victoria – Malleco, Sebastián Naveillán, sostiene que ‘por el momento se mantienen esas estimaciones (de una caída de un 20%), pero solo en agosto, cuando concluyan las siembras, veremos cuánto bajaron las inversiones’. Recalca que en los próximos dos meses ‘serán claves las señales del Gobierno para dar seguridad agroalimentaria y para revertir la tendencia a una menor superficie plantada’.

Similar es la proyección de Roberto Heise, presidente de la Sociedad de Fomento Agrícola (Sofo) de Temuco. ‘Hoy no hay un ambiente de tranquilidad y, por lo mismo, no es un buen momento para la actividad agrícola, así es que mantenemos como estimación que podríamos ver una caída de las siembras en torno al 20%’, recalca. Confirma que ‘la intención de siembra ha disminuido, sobre todo en quienes arriendan predios’. De igual manera, detalla que ha conversado con productores que no van a producir este año y otros que lo harán en un rango menor. Además, advierte que la estacionalidad para cambiar la decisión de siembra ‘se acorta’.

Extorsionadores piden ‘la cosecha completa’

En cuanto al incremento de las presiones y hostigamientos que enfrenta el agro, la ingeniera agrónoma y senadora independiente por La Araucanía, Carmen Gloria Aravena, comenta que ha conocido denuncias respecto de que los montos de las extorsiones han aumentado hasta exigir la totalidad de la producción.

‘Me informaron de un caso en que les avisaron a los dueños de un predio que esta vez no se conformarían con un camión con acoplado y $5 millones en efectivo, sino que les pedían la cosecha completa, bajo la amenaza de que si no accedían, sería quemada toda la siembra’, relata Aravena.

Heise añade que ‘al clima de inestabilidad hay que agregar los llamados que están haciendo las propias autoridades para que las comunidades reivindiquen tierras’.

Visitas a agricultores

Respecto de esto último, el presidente de la Sofo Temuco acusa que ‘hay mucha actividad instigada por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) para que las comunidades visiten a los agricultores e, incluso, llamadas directas a los propietarios por parte de funcionarios de la entidad’.

Naveillán revela que su gremio y la Sofo fueron convocados a una Mesa de Seguridad Agrícola con la Delegación Regional Presidencial y Carabineros, donde pedirán retomar iniciativas que durante el gobierno anterior permitieron coordinar acciones público-privadas para proteger la recolección y traslado de los cereales a los centros de acopio, lo que se conoció como el ‘Plan Cosecha’. De igual manera, anticipa que los gremios agrícolas pidieron reunirse con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, para conocer los alcances del Consejo Asesor Contra el Crimen Organizado anunciado el viernes en Temuco, el que impulsará medidas para combatir el robo de madera, frenar el contrabando de armas y lograr su incautación y dar seguridad a la producción agroalimentaria.

Impacto en cereales

Aravena hace notar que de toda la producción nacional de granos, en promedio, ‘La Araucanía aporta sobre el 80%, tanto en trigo como en avena, cebada y raps’, y que de lo plantado durante el año pasado en La Araucanía ‘más del 75% corresponde a estos cereales y el resto, a productos hortofrutícolas, entre papas, verduras y frutas’.

La senadora sostiene que, al disminuir la superficie en producción, ‘evidentemente, el trigo se va a ver afectado; también la cebada, que es un cultivo que no hay que desmerecer y que se produce de manera creciente en la región, para la producción de cerveza y que abastece a las fábricas que han nacido en la zona sur; y, de igual manera, la avena, ya que el año pasado tuvo una temporada desfavorable en materia de precios y si a eso le agregamos los otros factores que dificultan la siembra, podrían afectar sus volúmenes, lo que generaría un impacto importante, porque en Chile cada vez se consume más este producto’. Aravena añade que ‘si bien no es posible saber exactamente cómo se van a materializar las bajas de producción, es seguro que el mayor impacto en los hogares lo va a generar la escasez y aumento de precio del trigo y sus derivados, productos para la alimentación por excelencia’.

Naveillán coincide en que ‘si se reduce la superficie sembrada, el mayor efecto estará en los cereales, porque son plantaciones anuales. En cambio, los frutales son de largo plazo y no se renuevan en cada temporada’.
Recuadro

EN 2021 un 44% de las 214 mil hectáreas plantadas en La Araucanía estaba destinado a trigo.

214 mil hectáreas de cereales y granos fueron cosechadas en La Araucanía luego de la temporada de siembra 2021.

213 mil hectáreas habían sido producidas un año antes en la zona, lo que implicó un leve aumento de la superficie cultivada.

95 mil hectáreas se destinaron al trigo el año pasado, el cereal con mayor extensión.

58 mil hectáreas, también en 2021, correspondieron a avena, 25 mil a raps, 14 mil a lupino y 12 mil a cebada.

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