Robyn Beck / AFP
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80 platos forman parte del menú del “Museo de la Comida Asquerosa”, una exposición itinerante, inaugurada en Los Ángeles con el objetivo de abrirle no el apetito, sino el espíritu, a sus visitantes.

Inicialmente lanzada en Suecia en octubre, la exposición estará en Los Ángeles durante dos meses, y cuenta con platos como sopa de murciélagos o tarántula frita

“Si podemos cambiar lo que la gente piensa que es repugnante, quizás también podemos prepararlos para que acepten nuevas formas de proteína sustentables”, dijo a la AFP el fundador de la exposición Samuel West, presentando un plato de orugas de mariposa, una fuente importante de proteínas para millones de sudafricanos.

Algunas especialidades gastronómicas son simplemente repugnantes como, por ejemplo, el vino de ratón chino que se obtiene al ahogar ratones pequeños en alcohol de arroz y permitirles macerar durante mucho tiempo.

En los platos del museo también hay animales vivos, como el “casu marzu”, un queso de oveja hecho en Cerdeña que está lleno de gusanos, lo que le da su característica textura cremosa.

“El objetivo es concienciar a la gente de que no tenemos que juzgar los alimentos de otras culturas con demasiada prontitud. Pero no podemos llamarlo ‘Museo de Alimentos Sostenibles’ o ‘Exposición de Diferencias Culturales’, porque si no, no vendría nadie”, concluye.

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