Foto:PEDRO CERDA /AGENCIAUNO
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Antonio Vodanovic fue conductor de televisión durante 40 años y por 29, animador del Festival de Viña, si bien está alejado hace cinco años de la pantalla chica, fue sorprendido con los resultados de la encuesta Gfk Adimark-Wikén, ya que el público lo eligió como el animador más talentoso y uno de los rostros con mayor credibilidad.

Lleva cinco años fuera de la televisión, pero la gente lo sigue recordando. Con más de 40 años de carrera, programas que quedaron en la retina del público como ‘Sabor latino’ o ‘Siempre lunes’ y la animación por 29 años consecutivos del Festival de Viña, Antonio Vodanovic es un ícono de la televisión chilena.

De acuerdo a la encuesta Gfk Adimark- Wikén, fue considerado como el ‘Animador más talentoso’ de los locales y el segundo ‘Animador con mayor credibilidad’, ítem que lideró Francisco Saavedra, como se destaca en El Mercurio. Además, estuvo en la posición número 12 en la categoría ‘Capacidad de marcar tendencia’ y quedó en la decimoquinta como el ‘Animador con más carisma’.

Vodanovic se mostró agradecido y además indicó que le gustaría seguir siendo parte de la televisión, pero haciendo aportes fuera de pantalla. En este sentido contó al medio, que a principios de año y en “un acto de humildad” ofreció sus servicios a dos canales de TV abierta. “A estas alturas de la vida no voy a presentar un proyecto de programa, pero sí creo que tengo las aptitudes para tener un cargo ejecutivo. No como director ejecutivo, porque no tengo el lobby político, pero sí, por ejemplo, en una gerencia de producción o programación, pero no me han dado esa opción. Quizás creen que estoy muy viejo”.

Respecto de la televisión actual, sostuvo que “hay un desgaste importante de los animadores porque están demasiadas horas en pantalla. Además, hoy el animador está pauteado desde una sala de dirección y repite lo que le dicen. Yo nunca conocí una muela -por donde se dan instrucciones al oído- o un telepromter -donde se pasan textos escritos-, entonces, entiendo que es una televisión más moderna, pero también creo que perdió espontaneidad”.

A esto agrega que ve a la “televisión chilena como un chicle, donde hay que alargar por alagar. Antes cada noticia duraba 45 segundos o un minuto cuando era de gran impacto; hoy día hay noticias que duran más de cinco minutos y no tienen ninguna trascendencia, porque hasta los noticieros se han vuelto magazinescos. Me parece que la calidad se mantiene solo en algunas ficciones”.

Tampoco ve renovación de rostros y cree que faltan programas estelares para la familia, como Pasapalabra.

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