AFP PHOTO / Rodrigo BUENDIA
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Ecuador dio el jueves un plazo de 12 horas a guerrilleros disidentes colombianos para que digan si aún están con vida los tres miembros del equipo de prensa que secuestraron en la frontera, ante evidencia sobre su presunto asesinato.

Si terminado ese tiempo no dan “pruebas de que están con vida (…) iremos con toda la contundencia y sin contemplaciones” a “sancionar” a los captores, advirtió el presidente Lenín Moreno.

El ultimátum vencerá hacia las 11:00 locales del viernes, aunque son pocas las esperanzas de que los dos periodistas y el conductor del diario El Comercio, secuestrados el 26 de marzo, estén vivos.

Su posible ejecución en cautiverio tomó fuerza tras el análisis de la policía de las fotografías de unos cadáveres que corresponderían a los rehenes, y que fueron enviadas al canal colombiano RCN.

A raíz de ello, Moreno regresó de emergencia de Lima adonde había viajado para la Cumbre de las Américas.

Aunque el examen de los peritos determinó la muy probable autenticidad de las imágenes, Moreno y su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, acordaron esperar a un pronunciamiento de los secuestradores para lanzar una acción “contundente”.

Le solicité a Santos “que haya acciones contundentes por parte de ellos. Ya basta de contemplaciones, le dije, acciones contundentes, no podemos dejar que ellos nos impongan sus reglas”, afirmó el mandatario ecuatoriano.

Moreno regresó a Quito en compañía de los familiares del periodista Javier Ortega (32 años), el fotógrafo Paúl Rivas (45) y el conductor Efraín Segarra (60).

Los familiares de los secuestrados buscaban reunirse con Santos al margen de la Cumbre.

El equipo periodístico cayó en poder de rebeldes disidentes de las ya disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuando realizaba un reportaje en la localidad costera de Mataje, limítrofe con Colombia.

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