CRISTINA QUICLER / AFP)
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Pedro Sánchez, llegó el jueves a Cuba para una visita histórica, la primera de un jefe del gobierno español en 32 años, destinada a reforzar los lazos políticos y económicos con la isla.

El líder socialista llegó a La Habana y luego debe reunirse con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en el poder -como él- desde hace menos de un año, para firmar acuerdos sobre cultura y asuntos consulares.

Sánchez tiene “dos grandes objetivos”: “La promoción directa de los intereses y valores españoles en Cuba y reforzar el papel de liderazgo ibérico en la relación europea con América Latina”, subraya el analista político Arturo López-Levy, profesor del Colegio Gustavus Adolphus, de Minnesota (EEUU).

Después de Felipe González en 1986, ningún jefe del gobierno español llegó en visita oficial a la isla, última colonia de ultramar en independizarse de España, en 1898, y país con el que las relaciones han vivido momentos de tensión.

Fueron particularmente tensas tras la adopción en 1996 de la “Posición Común” europea -que condicionaba el diálogo con La Habana al progreso en materia de derechos humanos-, impulsada por el entonces jefe del gobierno español, José María Aznar.

Pero ahora el viento sopla en otra dirección: en noviembre de 2017 entró en vigor un acuerdo de diálogo político y cooperación entre la Unión Europea y Cuba.

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