El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y el movimiento indígena iniciaron este domingo conversaciones para buscar una salida a la severa crisis que desataron reformas económicas acordadas con el FMI.
La reunión cara cara entre el mandatario y líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) se realiza en un centro salesiano de Quito, escenario la víspera de violentas protestas que llevaron al gobierno a imponer el toque de queda.
Los diálogos, que son transmitidos por la televisión estatal, se llevan a cabo a instancias de la ONU y la Iglesia católica.
En su primera intervención, el mandatario se mostró abierto a revisar el decreto que eliminó los subsidios de los combustibles, disparando el precio de la gasolina y el diésel hasta en 123%.
Agregó que las conclusiones de la negociación pueden ser incluidas en “un nuevo decreto que sustituya el anterior”. “Jamás ha sido mi intención afectar a los sectores más desposeídos”, agregó Moreno.
El líder de la Conaie, Jaime Vargas, insistió en la derogatoria de la medida, que según dijo “ha provocado convulsión social”.
“Buscamos construir y recuperar la paz de nuestro Estado y de nuestras familias ecuatorianas”, añadió.
En tanto, los indígenas de Ecuador solicitaron este domingo al presidente Lenín Moreno la “inmediata” destitución de los ministros de Gobierno (Interior) y de Defensa por la “violencia desmedida” durante protestas sociales, que dejan 7 muertos y 1.340 heridos.
“Como un gesto de paz social al país, pedimos señor presidente (…) su inmediata separación de estos dos ministros”, dijo el titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Jaime Vargas, en un diálogo que sostienen en Quito y que es transmitido en vivo por televisión.
Vargas manifestó ante Moreno que “ha habido una convulsión social y el irrespeto a los derechos humanos”.
Agregó que “aquí sus ministros no midieron, nunca analizaron, para tomar decisiones” ante las manifestaciones encabezadas por los aborígenes, que desde el interior del país se movilizaron hacia Quito durante esta semana.
Ante el descontento expresado en las calles, el gobierno decretó el estado de excepción el 3 de octubre para que las Fuerzas Armadas intenten restablecer el orden.
Tras violentos disturbios del sábado en la capital ecuatoriana, Moreno también ordenó el mismo día el toque de queda y la militarización de la convulsionada ciudad.
Entre sus pedidos para negociar una salida a la crisis, la Conaie planteó la destitución de los dos ministros “como un gesto de paz social al país”.