Evo Morales
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Luego de que la presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE), María Eugenia Choque, presentara la noche del lunes los resultados preliminares que daban a Evo Morales como el ganador de las elecciones presidenciales en primera vuelta, se desataron una serie de protestas en contra y manifestaciones a favor del Mandatario que se aseguraría mantener su cargo hasta el 2025.

No obstante, una interrupción de 24 horas en el recuento generaron desconfianza en los resultados y cuestionamientos contra el TSE. Entonces, los resultados del conteo veloz, actualizados al 95% arrojaban que Morales alcanzó el 47% de los votos y superaba por más de 10 puntos porcentuales a Carlos Mesa, sitúandolo como virtual ganador sin necesidad de segunda vuelta.

Poco antes, el mismo mecanismo de recuento colocaba a Evo con 45% y a Mesa con 38%, cifras que obligaban a una segunda vuelta.

A raíz de las contradicciones en estos conteos, manifestantes a favor de Morales y de su contrincante más fuerte, Carlos Mesa, se volcaron a las calles.

Mesa denunció un “fraude escandaloso” en el recuento de las elecciones en Bolivia y la OEA emitió un mensaje manifestando su “profunda preocupación” y calificando los resultados anunciados por el TSE como un “cambio inexplicable”.

Mientras tanto, cuatro barreras de policías armados con equipo antidisturbios se instalaron alrededor del hotel de La Paz, donde las autoridades del poder electoral recibían las actas de los votos.

En frente del hotel, menos de 100 metros separaban a los dos bloques: los evistas, y a los opositores, que comenzaron a denunciar fraude electoral.

Durante la noche, comenzaron a encenderse fogatas en varios puntos de la ciudad, en parte para palear los efectos de los gases lacrimógenos disparados contra quienes reclamaban por un posible fraude y bloquearon las calles, dificultando el paso de las autoridades electorales.

Las muestras de indignación también se hicieron sentir en otras ciudades del país. La Agencia de Noticias de Fides, informó que en Cobija, Cochabamba, Oruro, Sucre, Tarija y Trinidad, también se produjeron quemas, destrozos y enfrentamientos con la policía.

Una de las imágenes que dio vuelta al mundo, fue la quema de las oficinas de los tribunales electorales en Riberalta. Incluso, una estatua del exmandatario venezolano Hugo Chávez, reconocido por su amistad con Evo Morales, fue derribada por manifestantes.

El monumento había sido inaugurado por Evo Morales en 2013 en la comunidad del departamento de Beni, al norte de Bolivia.

Agencia Uno

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