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El líder opositor regional boliviano Luis Fernando Camacho pretende desafiar nuevamente al presidente Evo Morales y llegar a La Paz este miércoles con el propósito de entregarle personalmente una carta de renuncia para que la firme.

La Paz estaba con bloqueos en diferentes calles de la zona sur, donde vive la clase media alta y alta, pero también en arterias céntricas como la Avenida Camacho, a pocas cuadras de la casa de gobierno, en la tercera semana de protestas contra la cuestionada reelección de Morales en los comicios del 20 de octubre.

Manifestantes opositores ocuparon también este miércoles oficinas públicas en el sur de La Paz, mientras en la ciudad central de Cochabamba había violentos choques entre leales y rivales de Morales, según medios locales.

El presidente encabezó este miércoles en el Lago Titicaca el acto de 193 aniversario de la Armada boliviana, donde declaró que los militares deben “prestar servicio al pueblo boliviano”.

Las Fuerzas Armadas siempre tiene que garantizar la soberanía del pueblo boliviano, al margen del rol constitucional de garantizar el territorio nacional“, declaró Morales, en una aparente respuesta a Camacho, quien el sábado pidió a los militares que se pongan al lado de la oposición en esta crisis política.

Los militares se han mantenido al margen de la controversia electoral.

En La Paz crecía la tensión por la inminente llegada de Camacho desde su bastión de Santa Cruz (900 km al este), la ciudad más rica de Bolivia y bastión opositor. El líder cívico ha dicho que llegará a La Paz “todos los días” hasta que Morales firme su carta de renuncia.

“La historia se repite”, replicó Morales el martes, recordando que hace cuatro décadas el general golpista Luis García Meza le llevó una carta de renuncia a la presidenta Lidia Gueiler (1979-1980), instaurando una dictadura.

En Santa Cruz los opositores mantienen ocupadas sedes de entidades y empresas públicas, y también hay bloqueos de calles y paros parciales en otras ciudades de Bolivia.

Morales, primer gobernante indígena de Bolivia, ha llamado a sus seguidores a defender la democracia y el resultado electoral, que está bajo auditoría de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El país andino está crecientemente polarizado, sin diálogo entre ambos bandos, tras la cuestionada reelección y tras 13 años de gobierno izquierdista.

Nueve periodistas denunciaron agresiones el martes y las organizaciones de prensa han pedido a ambos bandos en pugna garantizar la labor de los reporteros.

Agence France-Presse

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