AFP
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La iranobritánica Nazanin Zaghari-Ratcliffe teme haberse contaminado con el nuevo coronavirus en la cárcel de Teherán donde está detenida, declararon el sábado fuentes de su entorno, lamentando el rechazo de las autoridades penitenciarias a hacerle una prueba.

“No me siento bien. Me siento muy mal, de hecho. Es una especie de resfriado, pero no como siempre”, explicó el sábado por teléfono a su familia, según declaraciones difundidas en un comunicado.

“Tengo problemas para respirar y me duelen los músculos”, dijo. Señaló que también tenía fiebre, sudores fríos, náuseas, un “severo dolor de garganta” y que tosía desde hacía casi una semana.

Según su entorno, que denuncia “la falta de material higiénico puesto a disposición para los detenidos”, otros prisioneros tienen los mismos síntomas, pero ninguno recibió tratamiento.

Trabajadora de la Fundación Thomson Reuters -la filial humanitaria de la agencia de prensa britanocanadiense del mismo nombre-, Nazanin Zaghari-Ratcliffe fue detenida en abril de 2016 en Irán, adonde viajó para visitar a su familia.

Acusada de haber intentado derrocar al régimen iraní, lo que ella niega, fue condenada a cinco años de cárcel y está detenida en la cárcel de Evin, en la capital iraní.

Fuera de China, donde irrumpió el nuevo coronavirus, Irán es el país con el mayor número de muertos debido al COVID-19 (hasta ahora 43, según cifra oficial).

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