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Las autoridades prorrusas de Jersón, en el sur de Ucrania, ordenaron a los civiles que abandonen la capital regional ante la inminencia de una gran batalla que la parte ucraniana empieza también a dar por hecho, con acusaciones cruzadas entre los dos bandos.

Varios responsables de la administración afín a Moscú instaron a la población local a irse de la zona cuanto antes, en previsión de una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania. El alcalde prorruso de Jersón, Vladimir Saldo, afirmó que las fuerzas rusas planean llevar a entre 50.000 y 60.000 a territorios ocupados al otro lado del río Dniéper y a Rusia.

Un oficial ruso, Sergei Surovikin, también advirtió en declaraciones a la agencia TASS de estas operaciones inminentes y centró entre los potenciales objetivos una planta hidroeléctrica.

El gobernador de Nicolaiev, Vitali Kim, aliado de Kiev, acusó, en cambio, a las tropas rusas de prepararse para bombardear ellos mismos la ciudad de Jersón. En este sentido, aseguró que son las fuerzas ocupantes quienes han comenzado a preparar la zona para futuros combates, informa la agencia UNIAN.

La región ucraniana de Jersón fue una de las cuatro cuya anexión firmó este mes el presidente de Rusia, Vladimir Putin, a pesar de que las fuerzas rusas no controlan la totalidad del territorio.

Agencia Uno – Europa Press.

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