Alex Diaz/Aton Chile
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En una editorial publicada hoy lunes, el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Santiago Silva, reflexionó en torno a la situación que vive la iglesia chilena.

La autoridad eclesiástica afirmó que luego del encuentro del Episcopado chileno con el papa Francisco, “nos quedó claro (…) que la vida de obispos y sacerdotes no siempre corre por los cauces del Evangelio. Nos apartamos de ellos por nuestros errores y, lo que es más grave, por la comisión de delitos como los abusos de menores”.

Reiteró, una vez, más la petición de perdón, rogando con insistencia que los delitos se denuncien ante la justicia, y afirmando que “¡La Iglesia no es lugar para delinquir!”.

Señaló, además, que en esta etapa “el más importante de los valores es la reparación a las víctimas en justicia y misericordia”, agregando que cuando han hablado de “vergüenza” lo hacen con sinceridad, “porque la Iglesia no fue constituida por Jesús para generar daño, y un daño de tal magnitud”.

Monseñor Silva también manifestó comprender “que muchos no den crédito al perdón que pedimos y al dolor que expresamos, pues no recuperaremos la confianza de un día para otro. Lo tenemos que demostrar con concretas acciones reparatorias”.

El presidente de la CECh fue enfático al señalar “¿De qué sirven las buenas intenciones si todo sigue igual? En virtud del valor de la conversión personal y pastoral, central en la predicación de Jesús, nos corresponde a todos, particularmente a los obispos, animar un proyecto intenso y extenso de renovación eclesial”.

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