Ramon Monroy/Aton Chile
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Luego de intensos tres días de trabajo, en un contexto de crisis y con una activa y franca participación de alrededor de 500 personas, culminó el X Sínodo de Santiago, que se realizó en el Colegio Sagrados Corazones de la Alameda.

En la misa final, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, llamó a no desconocer la dolorosa y grave situación por la que pasa la Iglesia chilena.

También expresó el profundo dolor, especialmente por “aquellos que han sufrido violaciones graves de sus derechos” y por ver y escuchar sufrir a “los hijos de esta Iglesia” durante la asamblea sinodal.

Por su parte, Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, reiteró su dolor y vergüenza por los abusos, pero afirmó sentirse “muy esperanzado, porque creo que algo nuevo va a surgir. Este es un proceso que estamos empezando a vivir”.

“Van a venir otras medidas, otras cosas, y que tal vez, en las próximas semanas nos vamos a ir enterando, pero esto es un proceso que ya nadie lo detiene, de sanación y de curación de las profundas heridas que están en nuestra Iglesia”, añadió.

Entre las 48 propuestas votadas en la tercera y última jornada sinodal, se encuentra el mejoramiento de los procesos de formación frente a temas como el abuso, el fortalecimiento de la participación laical juvenil y la relación de los colegios con las parroquias.

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