Marcelo Hernandez/Aton Chile
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El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal dio a conocer una carta del papa Francisco dirigida al pueblo de Chile en la que informa de la misión que cumplieron el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y del sacerdote español Jordi Bertomeu, en febrero pasado. En su mensaje no se pronuncia sobre las renuncias de los obispos.

En su carta, el pontífice recuerda que “el pasado 8 de abril convocaba a mis hermanos obispos a Roma para buscar juntos en el corto, mediano y largo plazo caminos de verdad y vida ante una herida abierta, dolorosa, compleja que desde hace mucho tiempo no deja de sangrar”.

Luego, agrega que “una de nuestras principales faltas y omisión: el no saber escuchar a las víctimas. Así se construyeron conclusiones parciales a las que le faltaban elementos cruciales para un sano y claro discernimiento. Con vergüenza debo decir que no supimos escuchar y reaccionar a tiempo”.

“La visita de Mons. Scicluna y Mons. Bertomeu nace al constatar que existían situaciones que no sabíamos ver y escuchar. Como Iglesia no podíamos seguir caminando ignorando el dolor de nuestros hermanos. Luego de la lectura del informe quise encontrarme personalmente con algunas víctimas de abuso sexual, de poder y de conciencia, para escucharlos, y pedirles perd6n por nuestros pecados y omisiones”, añade.

“En estos encuentros constaté cómo la falta de reconocimiento/escucha de sus historias, como también del reconocimiento/acpetación de los errores y las omisiones en todo el proceso, nos impiden hacer camino. Un reconocimiento que quiere ser m6s que una expresi6n de buena voluntad hacia las víctimas, más bien quiere ser una nueva forma de pararnos frente a la vida, frente a los dem6s y frente a Dios”, indica la carta del pontífice que deberá ser difundida en extenso por la iglesia católica chilena.

Por su parte, los obispos Fernando Ramos y Juan Ignacio González afirmaron que “estamos trabajando en una propuesta global frente a la situación de la Iglesia en Chile, entre otras cosas, rediseñando las funciones del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas para que pueda asumir otras tareas de las que hasta ahora ha desempeñado”.

“Exhortamos a los laicos, laicas y personal consagrado de la Iglesia en Chile a entrar en sintonía con lo que el Papa nos pide en su carta, de manera que todos nos comprometamos en la reflexión y en la acción para suscitar caminos de solución y superar la cultura del abuso y del encubrimiento. Todo el Pueblo de Dios tiene una palabra que decir al respecto, que es necesario escuchar y acoger”, añadieron.

“Por este motivo, este mensaje del Santo Padre ha de difundirse ampliamente en nuestras comunidades y constituirse en objeto de atenta meditación personal y comunitaria en todas las instancias eclesiales, para que oriente efectivamente nuestro servicio pastoral”, concluyeron.

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