El diputado socialista, Marcelo Schilling, afirmó que los últimos hechos que se han conocido al interior del Ejército – como el tema de los polémicos pasajes y la reciente filtración de venta de armas a narcotraficantes – amerita una modificación en la conformación de Alto Mando de la Institución.
El miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja afirmó que “todavía queda mucho por cambiar al interior del Ejército y una de las buenas medidas sería modificar el sistema por el cual se configura el Alto Mando, que es ratificado por el Presidente de la República, a partir de una propuesta del Comandante en Jefe”.
“Pero si esa ratificación del Alto Mando fuera por el acuerdo de dos tercios del Senado, creo que el sentimiento de control que tendrían las Fuerzas Armadas, sobre su labor administrativa y operativa sería muy diferente, porque se sentirían rindiéndole cuentas al conjunto del país y no exclusivamente a la Primera Magistratura”. agregó.
Schilling asevera que ésta sería una buena fórmula para que a través de esta modificación “sea al conjunto de la sociedad, representada por los diputados y senadores, la que se vea comprometida y partícipe de esta importante decisión”
El parlamentario PS, recordó que en la reforma constitucional impulsada durante el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos, quedó establecido que el Jefe de Estado tiene la facultad de remover a los Altos Mandos de las FF.AA. Afirma que desde ese momento se consolidó el control y la capacidad del Ejecutivo sobre los organismos de la defensa.
“Hoy llama la atención que el Comandante en Jefe del Ejército, diga que hay gente que compra armas para posteriormente venderlas a delincuentes y narcotraficantes. Pero esto se hace en un contexto donde el esta arenando a sus oficiales, precisamente para erradicar las malas prácticas al interior del Ejército, donde entre otros temas, también tocó el polémico tema de los pasajes”, sostuvo Schilling.
El diputado recalcó que “el general Ricardo Martínez actuaba subordinado a sus superiores civiles, que son los interesados en que estas malas prácticas no se vuelvan a reeditar. Sin embargo, por no haber puesto de inmediato la denuncia del tráfico de armas a sus superiores, se pone el acento noticioso en aquello”.
“Pero, a mi juicio, es mucho más relevante enterarse que la máxima autoridad del Ejército intentaba, en favor de las buenas prácticas, orientar correctamente a la oficialidad. Lo demás, pasa a ser una cuestión anecdótica y que el mismo considera que es un error, desde el minuto que pidió excusas”, finalizó.