FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO
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El Gobierno buscará a partir de marzo negociar con el Congreso aumentar significativamente los recursos fiscales para la educación de los niños más pequeños de la educación escolar.

El proyecto de ley para la creación de la primera subvención para la educación parvularia eleva en 67% los recursos para los niños que asisten a los jardines infantiles vía transferencia de fondos (VTF), que son administrados por municipios y fundaciones y, por lo tanto, distintos a los recintos de la Junji y de Integra.

En concreto, el aporte base por niño de estos establecimientos subirá de $ 126 mil a $ 210 mil.

Sin embargo, existirá una Subvención de Apoyo a las Necesidades Educativas Especiales, que será de $ 55 mil, y un apoyo a la vulnerabilidad social, que variará entre los $ 10 mil y $ 20 mil por niño. Así, los aportes podrían llegar hasta los $ 285 mil mensuales. Y en régimen, se espera que el proyecto demande $ 122 mil millones de gasto fiscal.

La subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro, asegura que esta propuesta “implicará una reforma parvularia importante para Chile. El proyecto crea una subvención para niños de 2 a 4 años, para que asistan al jardín infantil, y es de calidad, al tener un componente de vulnerabilidad”.

“Además, avanza en terminar con una discriminación histórica, porque el Estado entrega montos diferenciados para los niños, según el establecimiento al que van, siendo mucho menor los recursos que reciben los establecimientos vía transferencia de fondos, que son los beneficiados con el proyecto”, agrega.

Con la propuesta, se beneficiará a 132 mil preescolares que asisten a los jardines VFT, los que equivalen al 53% de la matrícula de ese segmento.

Uno de los objetivos de la propuesta es aumentar la cobertura preescolar. Actualmente, existen 477 mil niños de 2 a 4 años que podrían asistir a jardines infantiles. Pero de ellos, 247 mil (51%) asisten efectivamente. En ese grupo, los jardines VTF reúnen a 132 mil preescolares, y el Mineduc espera que con este proyecto, esa cifra aumente en 16 mil niñas y niños más, seis años después de ser aprobado.

“Hay más de 240 mil niños que no están asistiendo al jardín infantil y nos tenemos que hacer cargo de eso. No se justifica que un país que quiere llegar al desarrollo y que quiere ser integral, no ponga el foco en la educación parvularia”, plantea.

Críticas al modelo
Actualmente, los jardines de la Junji y de Integra reciben financiamiento a través de la Ley de Presupuestos, y los VTF los reciben mediante convenios con el Estado. Por ello, esta será la primera subvención como tal y operará según la asistencia de los preescolares.

Ese modelo de voucher se usa en la educación escolar pública y ha sido fuertemente criticado: quienes lo rechazan, afirman que al no tener los colegios un monto fijo de presupuesto, se desfinancian y no pueden proyectar gastos. Pero la subsecretaria Castro defiende el modelo y dice que hay evidencia que respalda su uso.

“Los colegios que lo hacen bien, logran que las familias consideren relevante enviar a sus hijos al colegio, a través de la calidad que entregan. Esto es lo que hay que lograr”, plantea.

A su juicio, el problema realmente está en que “no todos los sostenedores lo hacen bien. Pero la asistencia es un incentivo para generar un proyecto de calidad que atrae a las familias y tenemos que asegurar que existan los recursos y que asistan los niños, y la evidencia es robusta al decir que cuando las comunidades se hacen cargo de esto, las familias son las primeras en comprometerse con enviar a sus hijos al jardín”.

Pero la ex-subsecretaria del ramo y doctora en Educación María Isabel Díaz, plantea reparos al proyecto: “Instala un mecanismo controvertido de financiamiento, si es que vincula esto a la asistencia y no a la matrícula, porque podría generar perjuicios en el funcionamiento de los jardines, sobre todo porque la asistencia entre los niños es más vulnerable”, dice. Además, cree que más del 90% de los jardines no cumplirá con las condiciones que plantea el proyecto, lo que significaría que “solo los colegios subvencionados (que tienen este nivel preescolar) accederán a la subvención. Se estaría premiando a los establecimientos con mejores condiciones”.

Y otra preocupación, dice Díaz, es que se podría “incentivar la entrada de niños de dos años al colegio, lo que es necesario discutir. El proyecto podría caminar en sentido contrario a la equidad, que es lo que supuestamente busca”.

Agencia UNO

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